Del horror del cine al bálsamo de la televisión: Bring Her Back y Pee-wee as Himself

 

 

Especial para En Rojo

 Las experiencias que más recuerdo de mi niñez son los programas de niños y las historias de horror. Cuando a finales de los 70 llegó a mi casa la cajita de HBO, que uno podía prender y apagar para ver su programación, mis noches se tornaron en una búsqueda de imágenes de horror y mujeres desnudas. Mi mamá y mi papá se dormían y mi hermano, que tendría como 8 años, y yo a mis 10 nos plantábamos al frente del televisor a buscar monstruos y sexo en aquella dichosa cajita. Una noche la encendimos para ver The Shining (dir. Stanley Kubrick, EE. UU. y Reino Unido, 1980). Que Jack Torrance (Jack Nicholson) quisiera asesinar a su hijo fue para mí la pesadilla más grande que jamás había pensado. Pero la siguiente noche a la misma hora presentaban The Pee-Wee Herman Show (dirs. Paul Reubens y Marty Callner, EE. UU., 1981), un espectáculo de comedia que aparentaba ser para niños, pero era para adultos. Me reía con el show y su humor risqué, que eran como una ducha para el horror de la noche anterior. La dulce inocencia de Pee-Wee y su raro mundo infantil contrarrestaban la aberración de Danny (Danny Lloyd) escapando de su padre que lo perseguía a través de un laberinto de hielo con un hacha. Entre el terror y la inocencia transité esta semana cuando vi una de las películas de horror que más incómodo me ha hecho sentir recientemente, Bring Her Back (dirs. Danny y Michael Philippou, Australia, 2025), y la frescura del documental, Pee-wee as Himself (dir. Matt Wolf, EE. UU., 2025).

En su más reciente película, Bring Her Back, los hermanos Philippou lograron crear una de las obras más agobiantes de este año. La historia se centra en Andy (Billy Barratt) y su hermanastra, Piper (Sora Wong), que acaban de perder a su padre. Ambos son enviados a un hogar adoptivo por unos meses en lo que Andy cumple la mayoría de edad para él mismo adoptar a su hermana. Su madre adoptiva, Laura (a manos de una diabólica y desesperante Sally Hawkins), vive con Oliver (Jonah Wren Phillips), un niño salvaje que aterroriza los animales y que observa a los jóvenes con la mirada típica de los dementes de Stanley Kubrick. Laura, cuya hija murió hace unos años, aparenta ayudar a Andy y a Piper con su perdida con métodos sospechosos que parecen funcionar. Pero todo es un plan para Laura lograr una meta que, aunque uno la ve venir, es difícil imaginar los giros que tomará. En Bring Her Back, los Philippou continúan explorando su tipo de horror que envuelve posesiones de espíritus malignos que mueven a los humanos a hacer atrocidades. Tanto como en su película pasada, Talk to Me (Australia y Reino Unido, 2023), Bring Her Back explora el trauma de la pérdida y lo que estamos dispuestos a hacer para volver a ver a los que se nos han muerto. Sin embargo, Bring Her Back añade otro tipo de trauma, el abuso físico que sufren muchos niños atrapados en el sistema de adopción. La violencia emocional y física contra los jóvenes es desesperante y muy gráfica. De hecho, aunque pienso que es una película sólida de horror con tremendas actuaciones y que no depende de jump scares sonsos para asustar, Bring Her Back no es para todo el mundo y precisamente por esto es que funciona.

Por otro lado, Pee-wee as Himself es un documental sobre Paul Reubens, el performero y actor que creó a Pee-wee Herman. Reubens cuenta su historia desde su niñez y su interés en el circo, su gusto por el teatro, sus amores, la terrible persecución que sufrió cuando lo acusaron falsamente de pedófilo por su identidad sexual, la caída de su fantástico programa de niños, Pee-wee’s Playhouse, y su regreso al cine fuera de su personaje de Pee-wee. El documental logra capturar a un Reubens con el que nos identificamos por todo lo que sufrió. Es interesante que me encontré sintiendo la humillación de Reubens, pero también sufriendo el ataque a Pee-wee como si este fuera una persona real. Sentimos a Pee-wee en la voz pausada de Reubens, en su sonrisa y en sus ojos de niño travieso. Pero el documentalista constantemente nos recuerda la diferencia entre el creador y su personaje ya que para Reubens era esencial hablar como sí mismo. Reubens se abre ante nosotros con una vulnerabilidad y una inocencia que me emocionaron al pensar que este murió en el 2023. Aunque ambos trabajaron juntos en ciertas cosas, me quedé con las ganas de ver una colaboración de Pee-wee Herman y Elvira, Mistress of the Dark, dos de los íconos que más disfruté de mi juventud ochentosa. Un show de variedades al estilo del stand-up de comedia que Reubens hizo en el 1981, pero con los elementos de horror charro que caracterizaban a Elvira, hubiese sido un sueño.

Si tienes babilla, ve Bring Her Back en las salas de cine de la isla. Si te afecta al punto que luego necesitas un refrescante chapuzón emocional, ve Pee-wee as Himself en HBO Max.

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