Editorial- Estados Unidos: la mentira como arma de política exterior

 

Como colonia de Estados Unidos, Puerto Rico no tiene “standing” internacional propio, ni tampoco cuenta con una política de relaciones con otros países derivada de nuestra realidad e intereses nacionales. Somos, más bien, el apéndice de una política exterior donde nuestra opinión no cuenta, pero sí nos cuestan las mentiras y errores de la metrópolis.  Bastan las cifras de cientos y miles de muertos y mutilados puertorriqueños en las guerras y conflictos de Estados Unidos en el mundo para reflejar el costo enorme de dichas decisiones sobre nuestra población.  Sobre todo, porque como vuelve a demostrar el más reciente incidente de la filtración de documentos secretos del Pentágono en redes sociales, se trata de decisiones de política exterior basadas en la mentira, el engaño y la manipulación de la población estadounidense y de decenas de otros países en el mundo.

Los documentos secretos filtrados pintan un cuadro de la realidad de la guerra en Ucrania completamente distinto del que se le ha querido hacer ver a la población estadounidense, y por consiguiente, también a nosotros, en los llamados “territorios” o colonias. La información, filtrada y resumida por la prensa de Estados Unidos, incluye un cuadro muy pesimista para Ucrania sobre las perspectivas de la guerra en su territorio. Peor aún, destaca la inminente posibilidad de que la guerra  derive en una situación de agotamiento de fuerzas y estancamiento, similar a la que dio base a los fracasos militares de Estados Unidos en Iraq y Afganistán.

A pesar de que luego del arresto del alegado “filtrador” han cesado los pronunciamientos oficiales, y de que la prensa del “establishment” le haya bajado el tono al tema, estamos ante la repetición  del mismo patrón de mentiras sobre los errores y cálculos fallidos de las anteriores aventuras guerreristas de Estados Unidos en distintas regiones del mundo. Aunque esta sea una guerra por “delegación”, queda claro que es desde el Pentágono, la CIA, y el Departamento de Estado de Estados Unidos- a través de sus contratistas especializados y de las “fuerzas” europeas que integran la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)-  que llegan a Ucrania los apoyos principales de efectivos, armamentos, asesores, fuerzas especiales, logística e inteligencia.

Al joven miembro de la Guardia Nacional Aérea del estado de Massachusetts, que fue arrestado y acusado por la susodicha filtración, le aguardan tiempos difíciles como chivo expiatorio de la comedia de errores de política exterior  de Estados Unidos. Seguramente lo enjuiciarán por traición y lo encarcelarán por largo tiempo para impedir que se sepa la verdad completa detrás de esta gran falla de la inteligencia militar, cuyos signos apuntan más a la negligencia incompetente de los custodios de dichos documentos, que a una operación calculada de enemigos de Estados Unidos. Según la prensa estadounidense, los documentos se publicaron desde diciembre pasado en una red social utilizada por jovencitos aficionados a los juegos de video con temas de guerra, de la cual el joven acusado era el aparente líder. Ninguna de las dependencias de inteligencia y seguridad nacional de Estados Unidos se percató de la filtración hasta la semana pasada cuando el diario The New York Times advirtió lo ocurrido y lo hizo público. Se sabe también por la prensa que, en días recientes, oficiales de la administración Biden han enfrentado los duros cuestionamientos de países aliados sobre lo sucedido. También tuvieron que explicarles a sus aliados europeos y al gobierno de Ucrania qué medidas tomarán para restringir la diseminación de información secreta sobre una guerra que parece cada vez más una causa perdida.

Hasta el momento, el gobierno de Estados Unidos no sabe con certeza la cantidad de documentos secretos que circularon por las redes, ni cuántos más puedan estar comprometidos. Sí sellaron la información sobre cómo el joven accedió a los documentos, quiénes eran sus jefes, y la línea de mando en la base militar, y cuál fue su declaración tras el arresto, datos que tardarán años en conocerse, probablemente cuando ya sea tarde para adjudicar las culpas y castigos que correspondan, más allá del joven acusado. Como sea, los documentos publicados reafirman lo que ya es parte de la cínica historia de mentiras de Estados Unidos en política exterior, y sobre sus estrategias y objetivos de dominio político, militar y financiero en el mundo.  El conflicto en Ucrania va por el mismo camino pantanoso de ruina, destrucción y guerra permanente que le ha costado tanto a las poblaciones de Iraq y Afganistán, como antes le costó a los países del Golfo Pérsico,  Kosovo y  Vietnam. Una política exterior desprovista de principios y matizada por la incompetencia y  dejadez de un imperio en franca decadencia.

 

 

 

 

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