EL COVID 19 y sus variantes siguen aquí

Entrevista a Marcos López Casillas

ccotto@claridadpuertorico.com

La vacunación y el uso de la mascarilla siguen siendo la manera de combatir el coronavirus, para evitar nuevos casos y que tengamos que seguir viviendo con este virus. Así lo recomendó y advirtió en entrevista  el  doctor Marcos López Casillas, Gerente de Investigación del Fideicomiso de Salud de Puerto Rico (Puerto Rico Health Trust).

El investigador expuso que tomando como base lo que está ocurriendo este año, en Puerto Rico y en gran parte del mundo, lo que se hizo fue una apuesta directa a la vacunación. En el caso de Puerto Rico, puntualizó, se demostró que estaba  funcionando y que funciona.  “Es la mejor alternativa que tenemos para  contrarrestar el covid”.

A dos años de la pandemia, en gran parte del mundo se fueron liberando las restricciones que se tenían, y aunque en Puerto Rico se fue bastante conservador,  eventualmente, al igual que se hizo en otros lados, se trasladó esa responsabilidad al ciudadano, por lo que ya no hay restricciones de prevención establecidas por el Departamento de Salud (DS) para regir el comportamiento de los ciudadanos.

Según los datos del DS, al presente el país tiene una positividad que fluctúa entre el 14 al 15 % (14.82 % en la primera semana de noviembre), lo que para López Casillas es una positividad bastante alta si se compara con  lo que ocurrió anteriormente cuando se cerró el País con una positividad de 4 a 5 %. “Teníamos prácticamente casi cero covid, lo que contrasta con lo que tenemos actualmente. Tenemos una positividad alta, todavía hay gente que fallece. Aunque Puerto Rico  ha sido un poco más conservador, en Estados Unidos  ya casi no se usa la mascarilla en muchos lugares. En Puerto Rico  se usa un poco más”.

López Casillas expuso que algo que  mucha gente no ha logrado entender es que cada vez que sale una variante nueva, surge como si fuera un virus nuevo. Comparó que por eso es que cada año las personas tenemos que vacunarnos contra la influenza, porque lo que se hace es que se construye una vacuna nueva que va ayudar a contrarrestar las variantes de ese virus. Cada año la vacuna se actualiza y protege cada día mejor por el hecho de que la influenza es un virus que muta tan rápido que tiene que tener una vacuna actualizada.

En el caso del COVID-19, el problema que se tiene es su mutación, explicó. Con  la variante original, eventualmente en Puerto Rico  tuvimos nuestras propias variantes. La variante original de China pasó a variante Alfa, después Delta y ahora se tiene el  Ómicron, la cual es la  peor de todas porque la forma en que está mutando ha sido completamente diferente a como mutaron la Delta y la Alfa. Indicó que se está   viendo que esta  variante no necesariamente está siendo más letal. Las variantes mutan de dos formas. A veces se tienen variantes que son bien letales, pero que no necesariamente son tan infecciosas.  En este caso, Ómicron es una variante muy infecciosa, pero no necesariamente más letal que lo que fue Delta. Lo que sucede es  que a medida que se le  dé duro con la vacunación y la mascarilla el virus lo que va a tratar es de sobrevivir. Eso quiere decir que el virus tiene que crear algún tipo de entrenamiento para poder sobrevivir y prevalecer. Eso es lo que se ha visto con Ómicron dado a que el cambio de Delta a Ómicron fue de aproximadamente 38 mutaciones, cuando de Alfa a Delta fueron unas seis.

Ahora, después del primer linaje de Ómicron, rápidamente el virus comenzó a mutar y salió su primer linaje, que se convirtió en lo que se conoce como linaje BA1, después el BA2 y el BA3. Este último no tuvo trascendencia. Eventualmente pasamos a BA4 y BA5, al punto de que todavía por lo menos lo que se tiene BA 5 y ahora no se puede decir sublinaje, se tendría  que decir  4 veces sublinajes. Al día de hoy lo que se tiene  son unos derivados o unas variantes secundarias de Ómicron BA5, que es la que está aquejando tanto a Estados Unidos como a Puerto Rico. Esa es la variante que prevalece, continuó.

A la luz de ese desarrollo,  la verdad  es que  la pandemia  no se ha acabado. “Lo que pasa es que nosotros como ciudadanos hemos sido muy apáticos con los números. Si dejamos que las  hospitalizaciones lleguen a más de 250 o 300, van a regresar las muertes y la positividad va a seguir aumentando, por lo que vamos a tener problemas nuevamente”, advirtió.

López Casillas observó que en estos momentos las hospitalizaciones de adultos están en alrededor de150 diarias, la mayoría, personas de mayor edad. Pese a que si bien el virus está afectando de manera desproporcionada a esa población, las infecciones están relativamente bajas con relación a lo que hubo hace unos meses. También comparó y advirtió del peligro de que suban los casos de covid como en los casos de influenza. El pasado año a esta fecha hubo 40 casos de influenza, y en esta semana ya suman a 300.

Lejos la identificación  del vector del virus

La identificación del vector del virus parece estar lejos. El doctor López Casillas explicó que se sabe que  los  reservorios de la influenza son las aves y los cerdos, por eso es que tienen la HN1. En el caso del dengue, son los mosquitos Aedes aegyptgi. En el caso del COVID-19, los coronavirus (los reservorios) son por completo  diferentes, son bien variados. Al ser  un virus completamente diferente a los que se han tenido por años, es interesante ver cómo va a evolucionar. Lo que sí sabe que tienen  que hacer los científicos es tratar de  llevar el coronavirus a como eventualmente se llevó a la influenza. Se sabe que la  influenza en Puerto Rico es un virus de temporada. Donde aumenta el pico es entre finales de diciembre y enero, por lo que se hace la vacunación cerca o en esas fechas. En el caso del covid, el problema es que todavía no se sabe cómo se va a comportar, si eventualmente se comportará como un virus de temporada.

“Lo que se está  viendo no es así. Se está viendo que tenemos una positividad exorbitante. Todavía no podemos decir que se haya vuelto un virus endémico, que sea uno de temporada como la influenza. Lo que sí sabemos, y algo que podemos establecer, es que la vacunación es la mejor arma que tenemos”.

Al respecto, describió que la quinta vacuna es diferente a las vacunas que se tuvieron antes. Esas primeras vacunas todas fueron dirigidas a la primera variante de covid, que fue la de China. Cuando surgió Alfa, se tenía  una vacuna que no era para Alfa; se parecía y funcionaba, pero no era para eso. Luego Delta, y lo  mismo cuando vino Ómicron, que fueron los refuerzos, aunque se sabía que funcionaba, pero que no era la mejor opción porque no era dirigida para esa variante. Esta quinta vacuna  se llama la bivalente, porque lo que hace es que protege contra la variante original y protege también contra la variante Ómicron. Esta vacuna es una por completo diferente porque es una vacuna actualizada e incluye el componente de la variante original, que provee una protección bastante amplia, y tiene un componente de Ómicron, por eso se llama bivalente, porque vale por dos. Recalcó que esta vacuna es la  mejor opción que tiene toda la población en estos momentos para actualizar su inmunología.

El gerente de Investigación del Fideicomiso de Salud de Puerto Rico resaltó la manera en que se trató la epidemia del covid en la isla, que se manejó con ciencia y datos. Algo que se hizo en Puerto Rico y no se hizo en  ningún  estado de EE. UU.  ni  ninguna otra parte del mundo, excepto Inglaterra, fue parear la base de datos  de vacunación con la base de muertes. Eso demostró que las vacunas de Pfizer y Moderna funcionan, pero no la vacuna de Johnson&Johnson, que fue eliminada de la vacunación.

 

 

 

Artículo anteriorEditorial: Aunque se ignore, el  COVID-19 sigue adelante con impacto impredecible
Artículo siguienteEntrega a mano #8 Libro de islas, de Rafael Acevedo.