Especial para En Rojo
La celebración del Congreso Internacional de Inteligencia Artificial (AI) en la Educación Superior en el teatro de la Universidad de Puerto Rico recientemente ha puesto en escena el desafío que tenemos los puertorriqueños y las diásporas que habitan nuestro archipiélago (dominicanos, cubanos, chinos, árabes, mexicanos, principalmente, y sus fusiones), con respecto a equipararnos con otros países en la competitividad laboral y educativa. Fue un gran logro haber firmado un tratado con la representante de la UNESCO, la doctora Yuma Inzolia, sobre la utilización e integración de la AI con el fin de asegurar que su uso impida la brecha tecnológica o digital. Las políticas de esta organización de las Naciones Unidas apoyan el desarrollo sostenible con el que esta tiene que cumplir.
La inteligencia artificial más conocida es la de los programados de informática que imitan los procesos de la mente humana, pero existe una gama de artefactos en el campo de la salud, así como asistentes virtuales y el Chat GPT, importante para los procesos pedagógicos, entre otros. El reto con el que se enfrenta la implantación de la AI es el del respeto a la privacidad, la seguridad del dato, y los sesgos discriminatorios contra ciertas poblaciones, además de la resistencia a la regulación.
Varios de los elementos destacados por esta conferencia fueron que su uso debe ser ético y que debe de estar en consonancia con el respeto a los derechos humanos, la dignidad humana, el medio ambiente, la inclusión de la pluralidad humana, inclusive una de las poblaciones más relegadas del mundo, la indígena. Por lo tanto, la UPR necesita desarrollar con urgencia planes educativos sobre este tema que lleguen a todos los sectores sociales, lo que incluye a barriadas y caseríos, lugares en los que predomina la criminalidad y la falta de educación, el desconocimiento de las artes gráficas y cinematógraficas necesarios para generar páginas para la Red y colocarnos en la autopista de información con nuestra identidad caribeña, nuestro zargazo…
Hay que recordar que la inteligencia artificial está atada al Internet y que deben conocerse sus recursos, particularmente para unir al Caribe y a América Latina. No podemos graduar analfabetas digitales ni profundizar la brecha digital. Se necesita potenciar la infraestructura tecnológica de los once recintos de nuestra universidad pública y de todo el país, lo que redundará en un mejor desarrollo de nuestras empresas, tanto públicas como privadas. Hay que celebrar con alegría esta iniciativa de la Universidad de Puerto Rico y su acuerdo con la UNESCO.
Ester articulo fue publicado originalmente en la versión impresa de En Rojo, del mes de febrero.