Antonio Cabán Vale, el Topo (1942-2024)
Desde hace años, nuestro pueblo instaló a Antonio Cabán Vale, el Topo, entre los grandes poetas y cantores de la patria puertorriqueña. Se ganó ese sitial a través de su impresionante carrera de cerca de 60 años como uno de los artistas más inspirados e inspiradores que ha producido Puerto Rico. Su obra musical emblemática, Verde Luz, ha adquirido estatura de himno nacional para nuestro pueblo. Su poético canto al verdor de nuestro mar y nuestros campos funde a todo nuestra gente en una sola voz. Solo un gran poeta puede logar esa emoción colectiva. Y Antonio Cabán vale fue, sobre todo, un extraordinario poeta y la poesía fue la primera manifestación del enorme caudal de dones con que la naturaleza lo dotó.
Fue en la Universidad de Puerto Rico donde este hijo del sector Caraima del Barrio La Cruz de Moca, Puerto Rico encontró su voz poética como miembro del Grupo Guajana, un colectivo de poetas jóvenes, de gran valía y obra profunda, que surgió para los primeros años de la década del sesenta del siglo pasado. Fue allí también donde uno de sus compañeros poetas lo llamó Topo, apodo con el cual se consagró – tanto dentro como fuera de Puerto Rico- como una de las más importantes figuras de la llamada Nueva Canción.
El Topo dejó su huella en la poesía con dos importantes poemarios: Un lugar fuera del tiempo y Penúltima Salida, obras que recogieron su voz poética durante esos primeros años de gran crecimiento intelectual y patriótico para nuestro cantor. En 2009 publicó su más reciente poemario, Lluvia del Este.
Concluida su carrera universitaria trabajó como maestro, pero continuó labrando su vocación de poeta y patriota con nuevos proyectos e iniciativas. Estuvo entre los fundadores del Grupo Taoné, surgido en 1969, un extraordinario taller colectivo de creación artística, musical y patriótica que representó un vuelco en el escenario musical puertorriqueño. Taoné abrió un nuevo nicho para la canción patriótica y de protesta social, y dejó un profundo impacto en nuestro pueblo y en las nuevas generaciones de poetas, cantantes y músicos. Con Taoné, El Topo pudo llevar su poesía a todos los rincones de Puerto Rico y otros países, en forma de canciones únicas que han trascendido en el tiempo y se han convertido en poemas cantados que todo nuestro pueblo atesora. De esos años fueron Verde Luz, el himno al suelo libre y la estrella sola, Solina Solina, a la que Cupido le dio una flor, y Antonia, en la cual su voz poética y política se funden para cantarle a la mártir estudiantil, afirmando que “los pueblos no perdonan” y llamando a nuestro pueblo a seguir presente “para mostrarle al mundo la luz que nace en ti”. Antonio Cabán Vale fue siempre una voz viva y lúcida, no sólo para cantarle a los mejores sentimientos humanos de amor, ternura y solidaridad, sino también para denunciar el colonialismo, las injusticias y afirmar su amor y fidelidad a la Patria Puertorriqueña.
Por su labor excelsa como poeta, cantor y patriota, se le dedicó nuestro 38vo. Festival de Apoyo a CLARIDAD, celebrado en febrero de 2012, ocasión que congregó a miles de familias puertorriqueñas para honrar su obra y trayectoria. La dedicatoria del Festival estuvo a cargo del dirigente independentista y abogado, José Enrique Ayoroa Santaliz, quien resumió las cualidades de Antonio Cabán Vale de esta manera: “Este Topo denso, intenso, profundo…este Topo saudádico, melancólico, lírico, poeta con letra “P” mayúscula, está a la altura de los más grandes cantores de América de todos los tiempos. Y pese a esa objetiva grandeza, no hay uno más llano y más humilde. Con palabras simples, pequeñas, cotidianas ha hecho una obra inmensa, sin jamás sacrificar en su canto el compromiso socio político.”
Dentro del amplio registro poético de Antonio Cabán Vale hay temas de amor como el poema El cuerpo es un camino. Hay otros poemas de contenido social como Hoy soy el desterrado; y otros de encendido compromiso político como Hay ciertos nombres. En éste honra a nuestras y nuestros grandes patriotas diciendo:
“Ellos y muchos otros
-héroes resplandecientes-
son la corteza, faja de tierra fértil
donde echará raíces el árbol de la patria”.
Este Topo- poeta y cantor- fue un hijo predilecto de ese frondoso “árbol de la patria”, un trabajador incansable del verso que sale de su amor profundo al suelo en que nació. Su Canción del Pueblo resume su ideario: “Esta canción es diferente. Tiene pasión y tiene fuego. Es libre como el agua y como el viento. Esta canción viene del pueblo. Esta canción es diferente. No siembra soledad entre la gente. Es un grito de amor, es un encuentro del hombre de la calle con sus sueños.”
Hoy, decimos hasta siempre a ese cantor de versos sencillos y alma profunda. Al “hombre de la calle” que se encontró con su sueño de ser poeta y de cantarle a su pueblo y, a través de su arte, hacernos mejores a todas y todos los puertorriqueños. Gracias por todo, Topo. Te ganaste la inmortalidad.
Reciban su hijo, hijas y demás familiares- y nuestro amado pueblo puertorriqueño- nuestra más sentido abrazo y cariño desde CLARIDAD, Periódico de la Nación Puertorriqueña.