La voz íntima de Vanessa Martín en Puerto Rico

 

Especial para En Rojo

El Día de las madres del 2022, Vanesa Martín ofreció su primer concierto en Puerto Rico. Aunque desconocida en este terruño, Vanessa Martín Mata ya es un hito en España.

Nacida en Málaga, grabó su primer disco, Agua, para el 2006. Desde el 2009, cuando firmó con Warner Music, ha producido 7 álbumes de estudio, el más reciente en el 2020, Siete veces, sí, que alcanzó la distinción de álbum platino en el 2021. Además, en 2016 publicó un libro de poesía, Mujer Océano, que ya ha conseguido varias reediciones.

Quienes acudieron al concierto, lo hicieron ávidas de disfrutar de la cantautora de cuerpo presente, en la cercanía que otorga el recinto escogido [cuánta falta me hace un equivalente para venue], la Sala Sinfónica. No las defraudó.

El público pudo compartir con varias de las mujeres que la habitan: la sensual y coqueta, la poeta de verso atrevido e imágenes imposibles, la enamorada y desenamorada. Sobre todo, viajamos con ella por esos tormentosos caminos del reconocimiento propio. Como lo demuestran sus canciones, a Vanesa no le asusta la intimidad. En un recinto en el que tan pronto sonaron los primeros acordes los celulares subieron como una ola arrolladora y amenazante, la cantautora se apropió del espacio y las voluntades de cada asistente.

Su confesión de “me siento en casa” fue innecesaria, aunque agradecida. Se sinceró, bromeó de un suceso personal que provocó una canción —y solo una, enfatizó— que usó para romper una relación. Vanesa Martín sabe enardecer a la audiencia con sus cuentos personales, su coquetería concertera a lo Buika y su honestidad lingüística e íntima. Aún si fueran artificios teatrales —que no se delataron como tales— todo se le perdona por su voz. Vanesa tiene una de esas voces que, en lugar de necesitar, se opaca con la excesiva reverberación y eco de los medios electrónicos. En este concierto su voz estaba clara y potente. Y ella lo sabía, por lo que la explotó al máximo.

Para entender la magia que se produjo durante el concierto, debí haber comenzado por hablarles de la intimidad que se creó antes de su comienzo. Me resultó impactante el que, mientras esperábamos a que se nos permitiera la entrada a la sala de concierto, se creara una genuina camaradería de personas, casi todas mujeres, que solo compartían su gusto por la cantautora. Es usual en este tipo de actividad que cada persona se pasee por los pasillos, acuda al baño y la barra, no necesariamente en ese orden, y miren a los demás asistentes como extraños que coinciden en el mismo espacio por necesidad. En este caso, las conversaciones entre desconocidas fueron amenas y extensas. Pude comprender, ya comenzado el concierto, que Vanessa ha instigado, con o sin intención, una fanaticada basada en la camaradería. Lo demostró al permitir, en 3 ocasiones, la intervención del público, ante la sorpresa de la audiencia. Primero, una propuesta matrimonial. La segunda, por la dirigente de un fan club (que ocupó toda la primera fila del auditorio) y que, micrófono en mano, instó a les presentes a incorporarse al grupo.

Finalmente, una chica a quien, habiéndole dicho que quería cantar con ella, Vanesa le permitió subir al escenario, no sin antes expresar bromeando que parecía ser una práctica de la plaza en la que se presentaba por primera vez. Ante todas estas intervenciones, Vanessa sonrió y cedió el micrófono, aunque elegantemente lo retomó cuando, como en el caso de la cantante, se dio cuenta de que desentonaba. Así, con una sencillez pasmosa, complació a todes.

El espectáculo que presenta en su gira Tour USA 2022 es elegante, con un trabajo de luces impresionante. La acompañan siete músicos, desde su hermano en los tambores, hasta su maestra en el cello, cada uno logrando una integración de tempo y sonido que jamás opacó la voz de Vanesa. ¿Y qué decir de su música y letras? Para eso, amigues, les invito a que la escuchen. Sus letras ocupan la metonimia y la contradicción como si fueran una pareja amorosa. En este Tour, escuchamos principalmente canciones de sus últimos dos discos: Todas las mujeres que habitan en mí y Siete veces, sí. Sus letras — sobre el miedo a ser vulnerable, sobre las puertas tan esperanzadoras como siniestras, sobre los hábitos e invenciones que deshacen la memoria, y sobre los caminos equivocados pero persistentemente ansiados— retumban al reflejarse en nuestros secretos más íntimos. Por eso, por esa noche, compartimos con ella una intimidad de embrujo.

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