Recordar a Alicia

 

 

En Rojo

 

[…] y llego a los campos y vastas salas de la memoria donde se encuentran los tesoros de innumerables imágenes que mis sentidos han recogido de las cosas de la mas diversa índole. Allí está escondido todo lo que pensamos, y engrandecemos o disminuimos o cambiamos todo lo que toca nuestros sentidos, y todo lo que todavía no está absorbido por y sepultado en el olvido, yace allí salvo y guardado » ‘

San Agustín. Confesiones

 

0.Entonces un escritor e investigador de la literatura, Héctor Pérez Babilonia, se dedica a convertir algunas calles de Río Piedras en una sala de memorias pasquinando, dejando imágenes, como sucedió hace medio siglo cuando se fundó una revista. La revista en cuestión: Alicia la roja.

Si uno se asoma estos días por la Avenida Universidad, esquina con la Gándara, podrá ver justo al lado del gran mural de la bandera de Lares, un homenaje a la revista-cartel que fundaron en 1972 los poetas Esteban Valdés, Iván Silén, y Néstor Barreto. Alicia la roja. Por maravillosa y por comunista. Era un momento en el que Silén se debatía entre el comunismo, el anarquismo y Lewis Carroll, de ahí el nombre. ¿Por qué Pérez Babilonia rescata esa revista? Porque lleva estudiando la poesía puertorriqueña desde hace dos décadas y combina su creatividad con su trabajo académico. Como poeta, narrador, performero, guionista y candidato a doctorado en literatura se lanza a la calle a pasquines con la misma pasión que se lanza a leer libros de su tema de tesis.

Lo conozco porque leí su primera novela Hongo Negro TV y leí su tesis de maestría. Sé que trabaja una novela gráfica hace varios años: Los libros de Estigia: lo fatal. Y a veces me lo encuentro por la semi abandonada ciudad de Río Piedras rumiando su filiación por esa revista y reproduciéndola para pasquinada en las paredes. ¿Por qué en las paredes?

Como decíamos, Alicia la roja era una revista-cartel. No era una publicación tradicional, como lo eran los números de la revista Guajana -una de las más importantes del siglo pasado-. La revista pretendía unir el arte gráfico, la fotografía, la serigrafía y sus fundadores literalmente llevaron la poesía a la calle. Pasquinaban. Callejones, iglesias, bares, pizarras de la UPR -ahí vi la revista por primera vez-.

  1. Entonces recibo una llamada cuando se asoma el arrebol. Es Pérez Babilonia. Está a punto de violar la ley con su pasquinada. Me pregunta qué hacer. Le sugiero algunos lugares abandonados como los muelles en el alba. Visibles. Paradigmáticos. Esa esquina de Río Piedras que he visto tanta historia. Hasta el paso del tren. Hasta el cuerpo de Antonia Martínez, casi inerte, colocado en la parte trasera de una patrulla a insistencias de sus compañeros para llevarla al hospital aquel día terrible de marzo hace poco más de medio siglo. Y allí fue el inquieto escritor -que nació diez años después de fundada la revista que hoy quiere recuperar en la memoria de todos-.
Fotos suministradas por el autor

Pasé por allí hoy. Unas horas después de la llamada. Me emociona este amor por la memoria, por detener el tiempo o, más bien, hacerlo más rico.  “¿Qué es el tiempo?, se preguntaba San Agustín, y respondía: “siempre y cuando nadie me lo pregunte, lo sé. Si quiero explicarlo a alguien que me lo pregunta, no lo sé”. Creo que es lo mismo que uno debe contestar cuando le preguntan ¿qué es poesía? Yo no le voy a preguntar a Héctor Pérez Babilonia por qué su amor a Alicia, pero su novela, Hongo Negro TV, es protagonizada por Eli Quimera, un joven psicotrópico que lo único que hace es ver comer, ver televisión y fumar marihuana. Se le complica la vida con la llegada del Apocalipsis y sus peripecias son tan maravillosas como las de la novela de Carroll. Quizás por eso su pasión por las pasquinadas.

Les dejo las fotos y la invitación a pasar por esa esquina, a leer y a crear memorias.

Los carteles modernos contemporáneos son de Angel Matías Cardec y el logo de Pérez Babilonia.

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