Conflicto de interés en el acuerdo suplementario de GENERA

 

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Aunque la estabilización del sistema eléctrico deber ser prioridad, el gobierno parece incapaz de discernir una forma de salir del atolladero en que se encuentra la reconstrucción  y modernización del sistema eléctrico, según plantea el informe, Armando el Rompecabezas Energético de Puerto Rico, de la autoría  del director de Política Pública del Centro para una Nueva Economía (CNE), Sergio Marxuach.

 

El informe plantea que parte del problema con  la reconstrucción y modernización de la red, la transición hacia la energía renovable es el número de agencias —14—  a nivel del Gobierno federal y estatal y del sector privado, que tienen alguna influencia o control sobre al menos una parte del proceso de transformación. “La coordinación y sincronización de los esfuerzos de trabajo entre estas entidades ha probado ser difícil y continúa siendo un reto aun siete años después de la quiebra de la AEE y el huracán María”, indica.

Marxuach advierte que por el conjunto de proyectos complejos de varios años y de miles de millones de dólares, cada uno con muchas piezas en movimiento, es muy probable que la capacidad de ejecución actual del Gobierno de Puerto Rico no sea suficiente para llevarlos a una culminación exitosa. Indicó que aún faltan unos $5,000 millones para terminar la reconstrucción de la red y entre $8,000 y $10,000 millones adicionales para la transición a una generación 100 % renovable.

Además de que la lentitud en la reconstrucción, aumenta la dependencia en los combustibles fósiles, sobre todo, del gas natural, “simplemente para mantener la luz prendida”. Sobre este particular, el informe recoge que hay conflicto de intereses en el acuerdo suplementario con Genera PR. En primer lugar, porque el acuerdo permite de forma clara  la conversión de centrales que queman petróleo a instalaciones que quemen gas natural como una iniciativa de ahorro, sujeto a la aprobación del Negociado de Energía). Esto sería contrario al objetivo declarado de la política pública de una transición total a fuentes renovables para 2050 y crea un incentivo para que Genera realice transacciones con  su empresa matriz en la compra de gas natural. La empresa matriz de Genera es News Fortress Energy. Aunque Marxuach reconoce que el acuerdo establece un proceso para abordar los conflictos de intereses, cuestiona el que queda por ver si el mecanismo se aplicará de forma eficaz.

Un segundo conflicto de interés con este acuerdo es que Genera se queda con el 50 % de cualquier ahorro de combustible generado por la aplicación de cualquier Iniciativa de Ahorro de Costos de Combustible y con el 50 % de cualquier ahorro que genere cuando el proceso de desmantelamiento de un activo heredado acabe costando menos de lo presupuestado originalmente. Esto desincentiva que el desmantelamiento de los activos heredados sea rápido, que a fin de cuentas será la principal fuente de ahorro de este acuerdo a mediano y largo plazo.

El informe indica que la  restructuración de la deuda de la AEE va a resultar  en un aumento de la tarifa de 3 a 4 centavos por kWh y que en el 2027 al 2028 las tarifas promedio superan los 35 centavos/kWh.

También repara en que pagar a los bonistas de la AEE del Fondo General de Puerto Rico es una mala idea. Primero, porque se estarían  utilizando fondos a los cuales no tienen derecho ni bajo los documentos de oferta de bonos ni bajo la Sección 927 del Código de Quiebras de los EE. UU., que fue incorporada por referencia a la ley PROMESA a través de la Sección 301(a) de esa ley. En segundo lugar, esto sentaría un peligroso precedente que podría ser utilizado por otros acreedores en otros procesos de quiebra para exigir el repago de sus acreencias reclamando fondos a los que no tienen derecho o recurso legal.

Otro señalamiento de Marxuach es el riesgo de deserción de la red (death spiral), elemento que dice fue insinuado en el estudio Puerto Rico 100, del  Departamento de Energía de EE. UU. Este ciclo se denomina deserción de la red (utility death spiral) y, aunque todavía no se ha experimentado una deserción completa en el sector eléctrico estadounidense, en el caso de Puerto Rico no se puede descartar este riesgo. El aumento de los clientes de medición neta desestabiliza aun más la red en determinadas zonas de la isla y provoca tarifas más elevadas.

El CNE hace claro que no están abogando  por la eliminación de los sistemas solares sobre techos de la cartera de tecnologías para alcanzar el objetivo del 100 %. “Por el contrario, abogamos por encontrar el balance adecuado entre los sistemas solares sobre techos y la generación solar a escala comercial en la transición de Puerto Rico hacia una generación 100 % renovable”.

En fin, que Puerto Rico está muy lejos de los hitos para alcanzar el objetivo del 100 % en 2050, concluye el estudio del CNE.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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