En Memoria: Una mirada breve de Carlos Lozada

Carlos Lozada. Foto provista por el autor

 

 Nos convocamos esta noche para despedir, a través de una mirada breve, al hermano, cantautor y patriota Carlos Lozada López.

Me dicen “El Amigo de la Trova”.  Soy animador y productor radial en Radio Universidad de Puerto Rico.  También investigo y recopilo información de la cultura musical latinoamericana con Puerto Rico de puntual.  Mi centro de investigación es la llamada Nueva Canción Iberoamericana.  Fue por eso que un día llegué a “La Leyenda”, al Grupo de Nueva Canción Protesta puertorriqueña, “Taoné” y llegué a Carlos Lozada, y desde entonces me convertí en su amigo y él se convirtió en objeto de investigación.

Carlos y Vilma Lozada.
Fotos provistas por el autor.

Me sospechaba la calidad humana de Carlos porque durante un tiempo le había perseguido, a él, a su canción, y su entorno musical-cultural desde una perspectiva histórica. Digo calidad humana, por lo sencillo y afectivo de su trato personal para con todos. Pero también por su profunda convicción de los procesos políticos y culturales de su amada patria. Sencillamente bueno, generoso, de esos que lo comparte todo, sin reservas, incluyendo su extensa experiencia artística-personal y “Don de Gente”.

El gran ejemplo queda en su padrinaje, voluntario, creativo e intenso, con el colectivo de los nuevos jóvenes cantautores del Taller Cé,  Taller de Cantautores Puertorriqueños.

Nos decía y les decía Carlos a ellos que “un artista se gana ese nombre de artista cuando le presenta  a su pueblo su obra. Su pueblo la recibe y la hace suya.  Y si eso se da, en el momento en que el pueblo la hace suya,  pues uno se ha ganado el nombre de artista.  Por eso canto”, nos afirmaba.

Nos ilustraba  Carlos que: “La canción de autor de hoy, más que nunca, tiene que rescatar y defender su espacio y cumplir con la responsabilidad de abrir caminos, invitar al pensamiento crítico, denunciar la injusticia y proponer soluciones, en fin, exaltar los más altos valores de la convivencia”.

Aconsejaba que: “a los jóvenes y no tan jóvenes que se están acercando a la canción por primera vez o nuevamente con una visión renovada yo les diría que pongan especial cuidado en el contenido de sus propuestas, eso es fundamental, la canción que dice cosas importantes, que propone alternativas que invita a pensar en lo humano con profundidad definitivamente que esa es la canción que se va a quedar en el alma de los pueblos y muchas generaciones después la van a seguir cantando. De eso podríamos dar un montn de buenos ejemplos, de canciones que se han quedado por siglos en la memoria de los pueblos. Que no caigan en la tentación de copiar esos modelos prefabricados que están hechos solo para vender discos.  Que son pasajeros. Eso es en el momento y después la gente se olvida, precisamente por lo hueco, por lo vacío,  Esos modelos que yo les llamo de espuma plástica. Que no caigan en esa trampa. Que pongan mucho, mucho cuidado en el contenido serio. No demos olvidar que siempre debemos pensar en los más altos valores de la convivencia. Si, seguimos haciendo canción.  Hay mucho que hacer y no podemos detenernos.  El Taller de los Duendes no tiene horario.  La belleza no admite más dilación. Al tiempo y al cansancio lo sustituyen metáforas inéditas en construcción.  En el Taller de los Duendes siempre hay vacantes porque siempre habrá un cielo que conquistar. Se admiten inconformes,  optimistas y  rabiosos contra toda mediocridad”

Ese era Carlos, el “Tío Charly”, para los que lo quisieron más.

Palabras pronunciadas en la Funeraria Manolín, Las Piedras, Puerto Rico, viernes 3 de junio 2022.

 

Artículo anteriorEditorial: Celebramos otro aniversario comprometidos con el Puerto Rico posible   
Artículo siguienteMonserrate Deliz, pionera y fundadora de la educación musical en Puerto Rico