Hay que educar sobre el cooperativismo

 

Entrevista a Rubén Colón Morales

CLARIDAD

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“Nunca en la historia moderna, por lo menos en las últimas décadas, en el país había sido tan importante el cooperativismo como un modelo alterno para el desarrollo del país mediante unos emprendimientos económicos que provean una justa distribución de las riquezas, pero además que amarre localmente el desarrollo empresarial en nuestro país”.

Con esta descripción el exdirector del Instituto de Cooperativismo (IC), programa adscrito a la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras, destacó la importancia de este modelo económico para Puerto Rico en estos momentos. El  profesor de Derecho Cooperativo del IC, Rubén Colón Morales, explicó que el cooperativismo no es una empresa donde inversionistas extranjeros, foráneos, pueden invertir y controlar desde fuera. El modelo cooperativo es una empresa en la que necesariamente sus riquezas se quedan ancladas en el país y en las regiones en las que opera al crear capital local y que, desde una perspectiva ambiental, tiene unos objetivos de situación económica sostenibles.

“Así que ante la debacle del modelo neoliberal mundial, de las consecuencias en Puerto Rico del mismo y de toda nuestra condición colonial, el cooperativismo debiera ser la herramienta principal para el desarrollo del país sobre unas nuevas bases”.

Aunque la firma Estudios Técnicos, Inc. (ETI) acaba de publicar un informe en que reveló que el movimiento cooperativo de ahorro y crédito tiene al presente la cifra de $84 millones en depósitos y 1.1 millón de socios, el licenciado Colón no necesariamente considera que esas cifras están cumpliendo con el fin del modelo cooperativo. En esa dirección señaló que el problema es que si se va a medir o evaluar los aportes del cooperativismo al país a la cantidad de activos que tiene y de socios, que en nuestro país son básicamente clientes, si se usan los mismos parámetros financieros para las cooperativas de ahorro y crédito, que se usan para la banca, es una noticia  buena.

“Pero la realidad es que la misión del cooperativismo es una misión social de resolver necesidades de las personas, necesidades financieras en el sector de ahorro y crédito para la gente pobre del país”. Subrayó que el cooperativismo debe estar orientado a la creación de empresas locales y al desarrollo local autogestionado y de empresas democráticas. “Si tú simplemente miras números consolidados y te olvidas de esa función social  y un poco de la transformación social y económica del país, te puedes dar por satisfecho. Si empiezas a escarbar lo que eso significa, realmente, no se está cumpliendo la  función como un modelo alternativo socioeconómico para el país; sino que el cooperativismo de ahorro y crédito en particular está cumpliendo una función a la banca y al comercio capitalista. Eso no nos puede satisfacer a los que realmente pensamos que es un modelo distinto de hacer economía, que es anticapitalista”.

Preguntamos entonces a qué se puede atribuir que el cooperativismo no se haya podido extender a otras actividades productivas; si es por falta de  conocimiento, a que la ideología que impera es la capitalista y  el cooperativismo se ve como una cosa de pobres o a elementos estructurales de legales.

“En primer lugar, creo que se ha desatendido la verdadera educación cooperativa. El que haya un millón de socios no significa que todos son cooperativistas. La realidad es que si hubiese un millón por lo menos, seríamos Suecia”.

En segundo lugar, la  mentalidad de que se participa en una cooperativa porque se cree en el modelo cooperativo de hacer economía no existe en general en Puerto Rico. “Es una de las grandes batallas de Monseñor Antulio Parrilla. Hay que fortalecer esa parte educativa para que nuestros socios cooperativos sean verdaderamente gente que quiera transformar el país a base de modelos de autoayuda y cooperación, no con  fines de lucro”.

El también profesor de la Escuela de Derecho indicó que el Gobierno ha establecido unos parámetros de medición de la actividad del cooperativismo que básicamente lo equipara con los mismos parámetros de medición de la banca privada y los han obligado reglamentaria y legalmente a operar bajo las mismas medidas de éxito. Eso las desnaturaliza en muchos aspectos, porque entonces no  se usan otros parámetros para medir su eficacia social y económica.

En tercer lugar, algo que tiene mucho que ver es la ideología liberal de estos últimos 50 años, que ha permeado o corrompido todo.  “Esa forma de pensar neoliberal se ha metido también en la conciencia humana y el cooperativismo, con el agravante de que en Puerto Rico en un momento muchos gerentes de bancos que estaban quebrando y cerrando fueron a parar a las filas de nuestras cooperativas de ahorro y crédito y aceleraron el proceso de la pérdida de la entidad cooperativa, adoptando esas prácticas y experiencias que traían de un modelo totalmente distinto”.

Colón Morales estima que son muchos los espacios económicos en los que el modelo cooperativo podría incursionar en estos momentos en nuestro país. En el mundo en general hay un movimiento muy fuerte hacia el modelo cooperativo en el tema energético, porque son las comunidades controlando sus fuentes de energía y  buscando modelos alternativos a nivel más pequeño, pero más responsivos a las necesidades particulares y más resilientes. En todo lo que tiene que ver con producción agrícola industrial el cooperativismo a nivel mundial  tiene ejemplos extraordinarios de que no solo ayuda a preservar los empleos, sino a que la riqueza sea distribuida de forma equitativa y administrada de forma autogestionada de forma democrática, lo que empodera a las comunidades. En fin, cualquier tipo de operación comercial productiva se puede montar bajo un modelo cooperativo; pero donde está primando este modelo es en el de trabajo, en donde los trabajadores toman el control del proceso, dijo.

En particular comentó que en el caso de Puerto Rico se debería  otra vez buscar alternativas para el consumo de los bienes primarios y otras necesidades básicas, así como del modelo cooperativo mutual para reformar un  sistema integral de salud.

 El papel del gobierno

 El profesor del IC explicó que en Puerto Rico el Estado lo que promueve son las entidades privadas.  Además, que los funcionarios de gobierno no comprenden sobre lo que es el modelo cooperativo. Hay un desconocimiento bien grande, incluso en las mismas escuelas de administración de empresas de Puerto Rico. Estas facultades se centran en promover un solo modelo, que es promover los fines de lucro, y se olvidan de otras maneras de generar la actividad económica que establecen otro tipo de resultado, no la acumulación irrestricta de ganancia.

En cuanto al papel del  Gobierno, Colón Morales denunció la politización y gestión de la Comisión de Desarrollo Cooperativo (CDCOOP) y de la Corporación Pública para la Supervisión y Seguro de Cooperativas (COSSEC). Recordó que en el 2008 se eliminó la Administración de Fomento Cooperativo y la Oficina del Inspector Cooperativo y se creó la Comisión. La intención original era elevar el nivel de promoción del cooperativismo de la agencia a una comisión, que ocupa un cargo casi de gabinete, que estableciera la política pública cooperativa y reducir la función fiscalizadora a una de menor importancia. Se supone que COSSEC es la supervisora de las cooperativas de ahorro y crédito y se  le adscribió el supervisar a las cooperativas de tipos diversos de forma especial. La ley estableció que COSSEC tenía que crear unos nuevos reglamentos para las cooperativas de tipos diversos y que tenía que tomar conciencia de que cómo no era un sector de ahorro y crédito. Además, tenía que tratarlas  con deferencia, no como una  industria que está obligada a supervisar.

No obstante, lo que ha pasado es que se ha nombrado gente, tanto en la Comisión como en COSSEC, por motivaciones políticas, censuró Colón Morales. En el caso de la Comisión se ha nombrado gente que tienen muy poco conocimiento y comprensión del cooperativismo y no lo pueden fomentar. Por su parte, COSSEC en lugar de atender la ley, ha querido supervisar al sector peor que el inspector porque ha querido supervisar al sector de  tipos diversos como si fueran el sector de ahorro y crédito y los mira con la misma lupa. Nunca ha enmendado los reglamentos y sigue con los mismos reglamentos del inspector que la ley le ordenó cambiar, pero con mayor rigurosidad, porque los tratan como si fueran aseguradas cuando no aseguran nada.

“Para  colmo, en estos momentos de la historia, la jefa política desde el punto de vista de la administración PNP está en COSSEC: Mabel Jiménez Miranda.  Y la supuesta jefa de la Comisión, licenciada Glorimar Lamboy Torres, que en términos del organigrama organizativo se supone es la que manda, la realidad es que funcionan al revés. COSSEC es la que manda y la otra hace lo que COSSEC  diga. La que establece la política pública y la que tiene que velar porque COSSEC  no exceda su papel es la que está subordinada desde el punto de vista político partidista a la otra, y lo que hace es seguir instrucciones”, manifestó.

Por parte de la UPR las cosas tampoco están muy lejos. Según dio a conocer Colón Morales, se supone que el director del Instituto de Cooperativismo sea miembro de la junta de CDCOOP. El propósito de esta representación es que desde la posición académica la Comisión pudiera evaluar las políticas públicas y hacer recomendaciones. Desgraciadamente, la UPR también ha politizado el puesto y no ha nombrado un director para el Instituto, y en su lugar ha nombrado un coordinador para que no pueda ir a representar al Instituto a la junta de la CDCOOP.

El profesor Colón Morales considera que la Universidad no está haciendo su labor de promover el Programa del Instituto de Cooperativismo. De hecho, una de las peleas que ha tenido el programa en general es que cuando hay ferias empresariales y otras actividades, no se les incluye.

En cuanto a esas circunstancias, expresó: “Los estudiantes realmente son un bálsamo de esperanza porque son jóvenes muy comprometidas con su país, están buscando cómo hacer economías desde otras formas, no para hacerse ricos, sino para contribuir al país y ofrecer una vida decente y digna. Realmente, son de lo mejor que hay en el país en términos de su compromiso social y su interés de aprender”. Indicó que el programa es uno muy completo no solo en términos de cooperativismo, sino de economía social y solidaria, en gestión de empresas cooperativas y organizaciones solidarias. Es el único programa que existe en el país sobre el modelo cooperativo.

 

 

 

 

 

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