Mirada al País: Miramos con esperanza a la nueva procuradora de las mujeres

 

Especial para CLARIDAD

 El alba del 1 de enero de 2023 se vio empañada por el primer feminicidio del año que acababa de comenzar. Que ocurriera en una urbanización de la llamada clase media alta, confirmó que la violencia machista cruza todas las fronteras de raza, religión, ingresos, ideologías políticas, particularidades físicas y condición social, entre otras diferencias.  Este caso y el acontecido en las festividades de Reyes en un barrio de Yabucoa, sumado al aberrante asesinato de una joven puertorriqueña por su pareja en República Dominicana y su divulgación en los medios de comunicación, parecen haber motivado el cambio de  opinión del gobernador para llenar la vacante en la Oficina de la Procuradora de las Mujeres (OPM), puesto que quedó vacante hace varios meses, tras la renuncia de la Lcda. Lersy Boria Vizcarrondo.  Poca tristeza causó la salida de Boria y su entrada al Departamento de Estado, tomando en cuenta el pobre liderato y la pésima ejecutoria que demostró durante su incumbencia.

Hace pocos días el Lcdo. Pedro Pierluisi le manifestó a la prensa que no enviaría más nombramientos al Senado hasta tanto dejaran de entorpecer sus designaciones.  Sabido es que no son pocas las ocasiones en que la rama ejecutiva y la legislativa convierten los puestos públicos en balones políticos y en recompensas partidistas, sin recato alguno.  Sin embargo, mirar para el lado y mantener desocupado el puesto de la Procuradora, cuando terminó un año y comenzó el otro de forma tan violenta para las mujeres, sin la intervención del Comité para la Prevención, Apoyo, Rescate y Educación de la Violencia de Género (PARE), que cesó en sus funciones desde agosto de 2022, no era lo más conveniente desde la perspectiva electorera.  Afortunadamente, la designación de Vilmarie Rivera Sierra durante el receso legislativo, lo cual permite que inicie sus funciones de inmediato mientras se inicia el proceso de consejo y consentimiento del Senado, cumple con los criterios que establece la Ley 20 del 2001, que crea la OPM.

En la foto Vilmarie Rivera Sierra y la portavoz del Centro de Detallistas

Rivera Sierra es la actual directora del albergue para sobrevivientes de violencia de género, Hogar Nueva Mujer Santa María de la Merced, que ofrece servicios en la región central.  También preside la Red de Albergues que agrupa la mayoría de las casas de acogida en Puerto Rico y fue una de las representantes de organizaciones no gubernamentales de mujeres que integraron PARE.  La organización que dirige es parte de la Coordinadora Paz para la Mujer, que es la coalición contra la violencia doméstica y la agresión sexual en nuestro país. Por su experiencia, preparación y trayectoria durante muchos años, cumple con los criterios de ley que recoge el artículo 4 de la legislación, a saber: “capacidad profesional e independencia de criterio, que se haya distinguido en su compromiso en la defensa de los derechos de las mujeres, en la lucha por la eliminación de todas las formas de opresión y marginación, por su respeto a la diversidad y que sea consciente de la necesidad de un análisis continuo de la situación de las mujeres desde una perspectiva de género….”

Con posterioridad a que quedara vacante la dirección de la OPM un grupo considerable de Ongs de mujeres cursaron una carta al gobernador en la que, a tenor con el mismo artículo 4 que también dispone que éste podrá consultar a las organizaciones o recibir recomendaciones de éstas sobre el nombramiento de la Procuradora, sugirieron los nombres de la designada y el de la Dra. Ilia Vázquez Gascot para ocupar la vacante.  Ambas reúnen los criterios que establece la legislación.  La Sra. Vilmarie Rivera Sierra tiene que recorrer el espinoso camino de la confirmación en el Senado.  La Lcda. Joan Rodríguez Veve, del Proyecto Dignidad y el portavoz del Partido Nuevo Progresista, Thomas Rivera Schatz, ya han comenzado la insidia y a dispersar veneno.  No estoy al tanto, ni me interesa saber cuál es la ideología política o la afiliación partidista de la procuradora designada. Sí conozco de su compromiso con la defensa de los derechos de las mujeres, lo cual no se limita al tema relacionado con la violencia de género que, por supuesto, es sumamente importante, si no que se extiende a la independencia y desarrollo económico, a la equidad laboral, a que tengan acceso a la salud integral, a la educación, a la justicia.  Ella debe ser evaluada en los méritos y no desde el prejuicio.

Los retos que enfrenta la Procuradora designada son muchos, especialmente porque el propósito de la entidad que tendrá a cargo ha sido desvirtuado durante muchos años por personas sin compromiso con la equidad de género y que buscaban escalar otros peldaños políticos.  Solo basta con recordar, en mala hora, a Wanda Vázquez Garced.  Es necesario que ponga en vigor el rol fiscalizador de la OPM, porque no es su responsabilidad proveer servicios.  No debe tener ataduras políticas con ninguna rama de gobierno, aun cuando la haya nombrado el gobernador y sea confirmada por el Senado. Se requiere que apoye a las organizaciones en sus demandas de más fondos y procesos razonables y menos burocráticos para recibirlos.  Sin mayores dilaciones la Procuradora tiene que visibilizar las múltiples necesidades de las mujeres y promover acciones para atenderlas.  Urge, además, que gestione campañas publicitarias para la prevención del discrimen que, a su vez, fomenta desigualdades y la violencia. Es indispensable que requiera al gobernador que nombre a las siete personas que integran el Consejo Consultivo, de las cuales cinco deben ser mujeres.  Este cuerpo le da orientación a la OPM sobre el trabajo que debe realizar y las políticas públicas para garantizar la equidad de género.  Son muchos los años en que el Consejo ha estado inoperante en perjuicio de la población que debe servir.  De igual forma la Procuradora debe ejercer sus buenos oficios para asegurarse de que la Junta de los Programas de Desvío sea nombrada y cumpla con su deberes ministeriales.

La designada Procuradora tiene los méritos para ser confirmada, pero las organizaciones que la endosaron junto a la Dra. Vázquez Gascot, no le están otorgando un cheque en blanco. Serán su quehacer, la comunicación que mantenga con todas las organizaciones de mujeres y sectores aliados, la transparencia y la rendición de cuentas, los factores que determinen su validación como Procuradora de las Mujeres.  Tengo la esperanza de que así sea.

 

 

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