Especial para CLARIDAD
Año tras año cuando se celebran las fiestas de la Calle San Sebastián me sorprende la eficiencia con que se mueve a miles de personas durante cuatro días. Cuando vivía en Rio Piedras me transportaba en el Tren Urbano desde la parada de San Francisco. Ahora viviendo nuevamente en el Viejo San Juan observo la llegada de miles de personas que utilizan las guaguas que ofrece el Municipio de San Juan desde el estacionamiento del Parque Hiram Bithorn hasta la isleta.
Vi en FB un comentario de una participante haciéndose la misma pregunta. ¿Por qué para las fiestas aparecen cientos de guaguas con sus choferes para transportar gente a las fiestas y no así para la jornada laboral diaria? ¿Hay algún estudio de cuánto le cuesta al ciudadano promedio poseer un automóvil?
El único estudio que encontré que tiene datos sobre el costo de poseer un automóvil en Puerto Rico es un trabajo académico de Mayra I. Echevarría Pérez: Primer Informe de Progreso: El costo del auto privado vs. el costo de ATI.[1] Por la referencia a estadísticas del 2004 debe ser de fecha cercana a ese año. Cito: “De acuerdo a la AAA, un auto cuesta $8,431 al año. En este estudio realizado en la 3 Universidades de la Isla, Escuela de Planificación –RP, Universidad Politécnica y Recinto Universitario de Mayagüez, se obtuvo que el costo anual del auto es de $9,312. Esta cifra es equivalente a cerca de $180.00 semanales. El mayor gasto impera en el costo de la gasolina.”
En Puerto Rico hay (había) aproximadamente 2.2 millones de autos y 3.8 millones de habitantes, lo que produce uno de los índices más altos del mundo de autos por habitante (DTOP, citado en Moreno, G, 2003). Echevarria Pérez. Para el 2014 “Según los datos de múltiples censos alrededor del mundo sobre el uso de los vehículos de motor, en nuestro 100 por 35 hay 635 carros por cada 1,000 habitantes. Esto nos coloca en la posición 12 entre más de 200 países y territorios del mundo con más automóviles. La percepción de que hay demasiados carros en nuestras carreteras, por lo tanto, es muy real.”[2]
La situación lejos de mejorar ha empeorado. La Doctora Carmen Guerrero, directora de la EPA en el Caribe, presentó la siguiente revelación en una entrevista exclusiva con la Revista de Medicina y Salud Pública, en la que se refirió a estudios de la Universidad Metropolitana.[3] “En medio de la tendencia a que la isla vaya perdiendo habitantes, Puerto Rico todavía tiene más automóviles circulantes, que personas,..”[4] “La tasa de crecimiento de número de automóviles en Puerto Rico fue mayor que su índice de natalidad entre 1996 y 2000.” Echevarría Pérez.
Cuando Echevarría Pérez hizo este trabajo el costo de la gasolina era de .43 centavos por litro. Hoy es mas del doble a menos que tengamos suerte de encontrar una bomba a .85 centavos. Pero el problema de la falta de un transporte colectivo efectivo no es solo un problema de gasto para el ciudadano promedio. A ello hay que añadirle el impacto ambiental, el mantenimiento de las vias de rodaje, los costos de los accidentes de automóviles que provocan daños físicos en las personas y hasta muerte, lo cual requiere el uso de los servicios médicos ya de por si estresados. Echevarría Pérez señala los impactos negativos del uso del automóvil:
Del Valle (2000) nos dice que la dependencia del automóvil fomenta que se continúen construyendo carreteras debido a los problemas de congestionamiento vehicular. A la misma vez nos enumera varias de las consecuencias tales como: (1) se pierde gran parte de la tierra que podría estar destinada a otros usos, como agricultura o conservación de áreas verdes y recursos naturales, (2) aumenta la contaminación ocurrida por las emisiones de gases de los vehículos de motor, esta a su vez afecta la calidad del aire que respiramos todos los puertorriqueños y afecta negativamente la salud de las generaciones presentes y futuras. Por ultimo, (3) el deterioro de los centros urbanos tradicionales y las consecuencias socioeconómicas que acompañan a esta situación han impactado de forma negativa la calidad de vida de sus habitantes.
En cuanto al gasto para el usuario privado, para la fecha en que se publicó el estudio de Echevarría Pérez la data era la siguiente:
Actualmente, la Asociación Americana de Automóviles (AAA) en abril de este año, publicó un estudio donde revela que el costo por milla de un auto es de 56.2 centavos, ó $8,431 dólares al año. Además, nos dice que el componente más costoso es la depreciación del auto, ya que un auto nuevo deprecia $3,782 dólares anuales. El segundo componente es el seguro del auto, cuesta un promedio de $1,603 por año. El tercer componente es la gasolina con $975 dólares anuales. El cuarto y quinto componente es el mantenimiento requerido del auto con un costo promedio de $915 dólares, y el financiamiento de éste con $741 dólares al año basado en un plazo de 5 años a 6% de interés.
Los números que informa el estudio de la AAA eran actuales al 2004. Para Puerto Rico el hallazgo del estudio de Echevarría Pérez demostró que el costo por milla del uso de un autmóvil privado era de $9,312. Estos números serían aun mayores para el 2022 debido a la inflación que ha sufrido Estados Unidos de América desde entonces, el problema de la interrupciones de las cadenas de distribución por la pandemia y los desastres naturales y el alza en los costos de mano de obra. Solamente el renglón de la gasolina ha umentado mas el doble del costo para 2004.
El impacto que tienen estos gastos en las familias de les trabajadores puertorriqueñes es significativo si tomamos en consideración que “Los trabajadores en promedio ganan $37,950. 10% de los trabajadores gana $18,190 o menos. 10% de los trabajadores gana $63,560 o más.Nov 22, 2022”[5]
Para el 10% de los trabajadores que ganan $18,190 o menos poseer, mantener y operar un vehículo de motor significa, invertir una cantidad significativa de su salario en ese gasto, un 50%. Con el alza de los gastos de electricidad, agua y comestibles resulta un gasto sumamente oneroso para la familia puertorriqueña trabajadora.
No hay duda que un sistema de transportación colectivo eficiente y confiable, en el cual les puertorriqueñes pudieran descansar para llegar a sus trabajos diariamente, llevar a sus hijes a la escuela, hacer diligencias y acudir a sus citas médicas redundaría en un gran ahorro para las familias permitiéndoles tener dinero para invertir en una mejor calidad de vida y ahorrar, eliminando un estresor económico de sus vidas. Si a este beneficio para el ciudadano le añadimos que estaría ayudando a reducir los contaminantes y emisiones que producen las energias fósiles, reduciendo contaminación ambiental de ruido, y ahorrándole dinero al gobierno en reparación y mantenimiento de las vías de rodaje y en servicios de salud a los perjudicados en accidentes de automóvil, entonces todes ganamos. Si el gobierno no actúa en esa dirección la ciudadanía tiene que exigirlo.