“Oasis” de Ivelisse Brignoni-Iglesias en el Centro Cultural de Ponce

 

Especial para En Rojo

El Centro Cultural de Ponce, Carmen Solá de Pereira, le abre sus puertas a la exposición “Oasis” de la artista Ivelisse Brignoni-Iglesias. Una mujer puertorriqueña –quien contaba con 11 años cuando se inició en la pintura– que ha apostado por el arte de pintar como su profesión y lenguaje universal. Para la artista plástica, y trabajadores y trabajadoras de la cultura en Ponce, los pasados días han sido de mucho trabajo, puesto que la apertura de la exposición tendrá lugar esta misma semana, el jueves, 8 de septiembre de 2022, desde las 6:00 p.m. La llegada de “Oasis” al Centro Cultural de Ponce es una expresión más del protagonismo de este pueblo en lo que al ámbito artístico puertorriqueño se refiere. Una ciudad que mantiene una diversidad de propuestas culturales de gran impacto para toda la región sur de Puerto Rico. El Centro Cultural de Ponce, situado en el número 70 de la calle Cristina, en el centro histórico de la ciudad, es uno de los más activos en el País y ello se debe, en primera instancia, al compromiso y voluntad que caracteriza a su Presidenta, la señora Ana Iris Torres Torres.

En lo que a la exposición respecta, ¿cómo describir el “Oasis” de Ivelisse? Un “oasis” que ya no le pertenece exclusivamente a la artista. Desde el momento que interaccionamos con la energía de cada obra, nos pertenece a todos y a todas. Para ello, en un intento de adentrarnos en este nuevo lenguaje de la artista, les comparto mi interpretación al apreciar su trabajo.

“Oasis” de Ivelisse Brignoni-Iglesias se nos presenta como un lenguaje necesario en el arte puertorriqueño. Un lenguaje que nos remite a la temática del paisaje y a la simbología universal, concertado todo desde la consciencia social de la artista. El protagonismo de colores puros, el amarillo y el azul, escenifican una dialéctica simbolista que le permitirá al espectador profundizar en sí mismo y en su entorno. El amarillo realzado a unas tonalidades más brillantes y metálicas, un amarillo dorado, es decir, el oro propiamente, se muestra activo; predominante en la composición. Este entorno luminoso nos lleva por el camino de la trascendencia. El camino que todos y todas tenemos que recorrer para (re)encontrarnos. Es necesario este peregrinaje. Por otro lado, el azul  –más pasivo, pero no estático–  nos muestra una dimensión más íntima. Ese lugar hacia donde nos dirigimos para desconectarnos del ruido pandémico y donde el recuerdo del (re)encuentro llega a manifestarse. Precisamente, hacia ello nos dirige la artista. Y como parte de ese peregrinaje nos topamos con la energía de otro color. ¿Qué se nos quiere transmitir? Para Kandinsky (Rusia, 1866 – Francia, 1944), <<el azul, con su movimiento opuesto [concéntrico], frena al amarillo. Si añadimos más azul, ambos movimientos antagónicos se anulan mutuamente y generan inmovilidad y quietud: surge el verde. / […] Como los colores que componen el verde son activos y dinámicos, podemos establecer teóricamente, según el carácter del movimiento, su efecto espiritual>>  (De lo espiritual en el arte,  1911). Ciertamente, un “efecto espiritual” ineludible; sin intermisión alguna. En este espacio  –denominado “Oasis”–  creado por la artista, natural de San Juan, Puerto Rico, el verde se nos muestra en movimiento, en evolución constante; así como la vivencia humana.

“Oasis” nos conmueve con su retórica pictórica. La artista puertorriqueña Ivelisse Brignoni-Iglesias  –egresada de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras–  pone de manifiesto su conocimiento en lo que al simbolismo del color se refiere y lo complementa con figuras geométricas y orgánicas que le dan un movimiento particular a cada obra. A la vez que conjuga todos estos elementos de la composición con la experiencia pandémica y su impacto social. Y es por lo que aludimos, desde el inicio, a un “lenguaje necesario” en la plástica puertorriqueña.

Con todo ello, esta nueva propuesta artística de Brignoni-Iglesias da cuenta “de lo espiritual en el arte”  (Kandinsky) y del compromiso social que asumen nuestros artistas plásticos. Asimismo, nos permite una reflexión y una mirada crítica de cómo se ha enfrentado esta crisis mundial de salud. Un espacio que es menester visitar para la continuidad de ese diálogo, como un “entreacto” [intermedio] de la fatiga citadina. La exhibición “Oasis” de Ivelisse Brignoni-Iglesias es una alegoría de la solidaridad puertorriqueña. Una solidaridad que es inherente al ámbito cultural de toda sociedad.

Sirvan estas palabras para que se sientan aludidos y aludidas, y como convocatoria para que visiten el Centro Cultural de Ponce; un espacio de encuentros para el intercambio de conocimientos. La exposición “Oasis” estará en este maravilloso lugar hasta principios de octubre aproximadamente. Cabe señalar que, además del día de la inauguración, la artista Brignoni-Iglesias también estará presente en este Centro Cultural el sábado, 10 de septiembre. El horario de visita será de 9:00 a.m. a 3:00 p.m. Mi agradecimiento a la artista Ivelisse Brignoni por la oportunidad de escribir acerca de su más reciente trabajo. El breve análisis compartido, con respecto a su obra, acompañará la exhibición en Ponce.

Por último, antes de visitar la ciudad de Ponce este sábado, les propongo una parada en la Plaza Monumento Pedro Albizu Campos, en Salinas –carretera número 3–, lugar donde se estará conmemorando el natalicio de Albizu Campos, desde las 9:30 a.m. Los amigos y amigas de Salinas que coordinan este evento todos los años se distinguen por su formalidad y respeto a uno de los hijos más queridos del sur de Puerto Rico.

La autora es doctoranda en Historia, UPR-Río Piedras.

 

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