Acerca de la Nueva Visita de Cancel al Laberinto

 

 

José Anazagasty Rodríguez

Especial para En Rojo

Reseña de: Cancel-Sepúlveda, Mario R. (2023). Indóciles: Nueva Visita al Laberinto. San Juan: Ediciones Laberinto.

 

El historiador Mario R. Cancel revisitó el laberinto para brindarnos su libro Indóciles: Nueva Visita al Laberinto.  Este nuevo libro, como su antecesor El Laberinto de los Indóciles, es el producto de un profundo estudio de mucho tiempo, revelando una vez más la extraordinaria dedicación de su autor con la investigación de la historia cultural de la política puertorriqueña. Es también una contribución meritoria a la historia intelectual puertorriqueña, a la historia de las ideas políticas en la colonia. Específicamente, Indóciles es una valiosa historia de la cultura política de los separatistas, nacionalistas e independentistas puertorriqueños, de sus ideas y pensamiento político y social, así como de sus memorias y prácticas mnemónicas.

Este nuevo libro de Cancel aúna cinco ensayos sobre la historia cultural de la política puertorriqueña entre las postrimerías del siglo diecinueve e inicios del siglo veinte, aunque en la discusión sobre el separatismo y el nacionalismo comenta eventos hasta los sesenta. Indóciles se concentra en la cultura política de los separatistas puertorriqueños, incluyendo a los separatistas anexionistas e independentistas del siglo diecinueve y los independentistas y nacionalistas puertorriqueños del siglo veinte.

El libro comienza con un monólogo del historiador referente a la Insurrección del Lares en 1868. Es el soliloquio de un historiador, una autorreflexión respecto a un problema específico de investigación histórica, el de la Insurrección de Lares. Para Cancel el problema es cómo animar el interés de los puertorriqueños de hoy por un evento que ocurrió hace más de dos siglos atrás; por un acontecimiento que como este advierte es “un hecho emborronado al paso del tiempo”; de un suceso que ha sido significado de diversas formas por diversos actores sociales y políticos. Si la Insurrección de Lares ha sido desacreditada, desautorizada, omitida, deformada y caricaturizada por muchos, también ha sido celebrada, idealizada, homenajeada y hasta consagrada por muchos otros. Cancel, quien ha estudiado la insurrección desde los ochenta, asumió el reto. Lo hizo primero tomando distancia de su objeto de estudio para “jugar un poco a la extrañeza” y volver con una “imagen fresca” de la insurrección.  Para hacerlo tuvo que enfrentar dos problemas teóricos: establecer los antecedentes u orígenes de la insurrección, que Cancel vincula al abolicionismo clandestino, y cotejar la identidad de los separatistas que, como demuestra, fue un grupo mucho más heterogéneo de lo que comúnmente se piensa.  Pero para Cancel todavía nos queda mucho por saber de la insurrección, la que, si se relata desde el presente, como toda historia, entonces, y como concluyó este: “Saberla una y otra vez desde cada presente es parte de la aventura” (28).

El monólogo es seguido de una extraordinaria y abarcadora “ojeada” a la mutación de las concepciones políticas que los puertorriqueños tuvieron sobre sí mismos entre la segunda mitad del siglo diecinueve y las primeras décadas del siglo veinte, concepciones también presentes en el resto del Caribe. En el segundo ensayo, una obra maestra, Cancel destaca las estrategias y tácticas ideológicas y retóricas de diversos actores políticos en el campo de los separatistas, independentistas y nacionalistas, incluyendo su manejo de la memoria e historia de la Insurrección de Lares de 1868 y sus usos de los protagonistas, monumentos y fuentes de información con respecto a esta. Es la identificación de esas pericias, tácticas y usos uno de los grandes logros de Cancel en Indóciles.

Las contribuciones de este ensayo son varias. Cancel demuestra que el separatismo puertorriqueño desde sus orígenes hasta nuestros días constituye un grupo político heterogéneo, tanto en términos ideológicos como tácticos. En el Laberinto de los Indóciles Cancel estableció y comprobó los matices y gradaciones del separatismo y el integrismo en el Puerto Rico del siglo diecinueve. En Indóciles el historiador reafirma los matices del separatismo y el nacionalismo en el tránsito del siglo diecinueve al veinte y ya adentrado en este último. El reconocimiento de esa diversidad contrarresta la tendencia a homogenizar y comprimir las corrientes políticas puertorriqueñas, la propensión a ocultar su variedad o modalidades. Cancel demuestra que el separatismo no solo ha sido diverso, sino que ha cambiado mucho a través de la historia. Estos matices y cambios, como confirma él en su libro implican diversas interpretaciones, representaciones o construcciones de la Insurrección de Lares.

Otra aportación meritoria de Cancel es su atención a la dimensión espacial y geopolítica del separatismo puertorriqueño y caribeño. En el siglo diecinueve el separatismo se configuró en términos de una concepción continentalista del Caribe, que como afirma Cancel, “… fue la mirada que impuso y legitimó en el lenguaje político de la intelectualidad rebelde de las islas la noción de antillanidad” (33). Esto es cierto para las dos vertientes generales del separatismo, la anexionista y la independentista, que articularon sus respectivos proyectos confederacionistas en términos continentalistas. Por esto concluye Cancel que el origen y desarrollo del movimiento confederacionista caribeño no estaban vinculados a proyectos separatistas independentistas, ciertamente no al independentismo como lo imaginamos hoy. Para los separatistas anexionistas confederacionistas la separación o independencia de España que reclamaban, equivalía a la anexión a una potencia continental, fuese a Estados Unidos o la Gran Colombia. Por otro lado, para los separatistas independentistas confederacionistas la separación de España no tenía, demuestra Cancel, que culminar en la nación-estado soberana que hoy asociamos con la independencia. La Confederación Antillana que defendieron Betances, Hostos, Luperón y Martí pretendía la institución de una sola comunidad antillana, es decir la integración de las Antillas a una entidad espacial más amplia que disolvería las diferencias entre las partes a favor de una identidad común internacional. Esto implica para Cancel que el independentismo nacionalista, tal y como lo concebimos hoy, se encuentra en una época posterior al siglo diecinueve, después de la Guerra Hispanoamericana de 1898.

Uno de los grandes logros del segundo ensayo de Indóciles es precisamente su delineación de las transformaciones del separatismo desde finales del siglo diecinueve y durante las primeras seis décadas del siglo veinte. Por ejemplo, si en el siglo diecinueve los conflictos entre separatistas anexionistas e independentistas no impidieron su colaboración, estos ya no colaborarían después de la Guerra Hispanoamericana. Esta guerra tuvo como secuela la anexión forzada de Puerto Rico a Estados Unidos, por lo que el separatismo anexionista desaparecería y el estadoísmo que surgió después de 1898 se convertiría en la némesis del nacionalismo independentista emergente. Este último fue heterogéneo y también vivió transformaciones:

El siglo 20, el periodo posterior a la invasión y presencia estadounidense en el Caribe, forzó la revisión de los contextos ideológicos de la soberanía. No se puede hablar del “nacionalismo” como un todo singular e inequívoco. Como se ha demostrado, aquel fue un fenómeno de múltiples significados que tuvo que ajustarse a la senda, si cabe la metáfora, que la historia del proceso entre siglos le impuso. Las respuestas al problema nacional urdidas para el siglo 19, no respondieron todas las preguntas ante un poder hegemónico distinto como era Estados Unidos (80).

Otro aspecto importante del segundo ensayo de Indóciles es su atención a la pluralidad de las interpretaciones, representaciones o construcciones sociales de la Insurrección de Lares, de las memorias acerca de esta. Cancel demuestra que la insurrección siempre ha sido un hecho abierto a reinterpretaciones, por lo que tenemos no una sino varias memorias de la insurrección, todas configuradas en el contexto de la interacción y el conflicto entre diversos grupos con variados intereses, aun en el campo de los separatistas, nacionalistas e independentistas.  Cancel nos regala una interesantísima y hábil aproximación a la Insurrección de Lares de 1868 en la memoria colectiva de los separatistas, independentistas y nacionalistas, así como a las memorias de Betances sobre el acontecimiento y a las representaciones de este prócer en la memoria colectiva, incluyendo su imagen después del regreso de sus restos a Puerto Rico en 1920. Cancel demuestra que diversos actores políticos puertorriqueños, incluyendo, por supuesto, a los independentistas y nacionalistas, reinventaron la imagen y memoria de la insurrección y de Betances con diversos propósitos políticos. Por ejemplo, en algunas de estas memorias Betances dejó inclusive de ser una figura amenazante y era todo un admirador de los logros estadounidenses. En efecto, en los veinte Betances fue caricaturizado y la Insurrección de Lares domesticada al servicio de los proponentes y defensores de la autonomía y la estadidad.

Cancel también nos proporciona una aproximación original a las representaciones de Betances y la Insurrección de Lares en la memoria de los nacionalistas e independentistas de la década de los treinta, de cómo estos les rescataron y reinventaron. Para Cancel se trató de una (re)mitificación bien pensada y articulada. En la nueva “mitología retrospectiva” de la Insurrección, Betances y los veteranos como Vélez Alvarado y Méndez fueron celebrados como parte de un pasado memorable y glorioso, dignos de respeto, admiración, emulación y culto nacionalista. Cancel examina las proclamas nacionalistas, las que contribuyeron a la (re)mitificación de la insurrección y sus protagonistas. La de 1935 reiteró la tesis de la independencia como restauración y llamado a las armas.

Finalmente, Cancel nos provee un análisis de la memoria y retórica nacionalista de la Insurrección en su centenario en la década de los sesenta, en un periodo marcado por la represión y censura del nacionalismo, consecuencia de la insurrección nacionalista de 1950. Pero fue también la época del surgimiento de la nueva lucha por la independencia.  En esta memoria la Insurrección de Lares de 1868 marcó el origen de la progresión de la República y conmemorarla, asistir a un Lares consagrado, era deber de los patriotas, una muestra de devoción. Se trataba de un homenaje dirigido a convocar a los patriotas a la acción, de convertir sus prácticas mnemónicas en acciones políticas.

Para Cancel la historia de la pluralidad del independentismo nacionalista de las primeras décadas del siglo veinte, su cultura política y su memoria colectiva todavía está por escribirse. Cualquiera que intente escribirla debe, por supuesto, leer este ensayo de Cancel, que precisamente nos exhorta al análisis, debate y revisión profunda de esa historia, cultura y memoria.

El segundo ensayo de Indóciles es seguido de una innovadora y aguda reflexión acerca de la relación entre la escritura creativa y la sociológica en la obra de Eugenio María de Hostos Bonilla. En el 2017, como director del Centro de Investigación Social Aplicada, afiliado al Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, invité a Cancel a ofrecer una conferencia sobre Hostos, que se realizó el 4 de abril de ese año. Fue esa conferencia la que se convirtió en el ensayo “El Pensamiento Social en la Narrativa de Eugenio María de Hostos Bonilla”, incluido en Indóciles.  Se trata, como señalé antes, del análisis de la relación entre la escritura creativa y la sociológica en la obra de Eugenio María de Hostos Bonilla. Cancel, rechazando la tendencia a examinar la obra literaria y sociológica de Hostos por separado las examina en su compleja relación. Para él:

Hostos Bonilla, como se sabe, fue un escritor capaz de enfrentar una diversidad de medios y géneros de expresión literaria y científica con soltura, imprimiéndole a cada uno de ellos su poderosa, apasionada y contradictoria personalidad. En ello reside, desde mi punto de vista, una porción considerable de su originalidad y grandeza. (177)

Cancel demuestra que las narrativas creativas y los escritos sociológicos de Hostos fueron formadas por varios elementos.  Fueron primero moldeadas por la propria psicología del sociólogo mayagüezano—fuerte, apasionada, contradictoria y compleja—y por su biografía, una “atropellada vida de exiliado, viajero y activista en el marco de una praxis marcada por el valor de la indocilidad y la disposición a retar las instituciones dominantes” (177). Su formación intelectual en derecho y sociología krausopositivista y su interés en la pedagogía también formaron sus narrativas literarias y sociológicas.  Como demuestra Cancel, aunque Hostos pretendió convertirse en un novelista o escritor, su activismo político y radicalización ideológica, así como su adopción del krausopositivismo, lo llevaron a revisar sus prioridades y su relación con la narrativa creativa.  Desde entonces Hostos se orientaría hacia el rol de lo que Cancel llama el “sociólogo artista” y la “escritura comprometida,” así como hacia a una narrativa para la familia, el reforzamiento de esa institución social, aunque desde una perspectiva patriarcal.  El propósito de sus novelas y cuentos serían primordialmente morales y educativos, en ese sentido, una literatura al servicio del cambio social. Por eso concluye Cancel que: “Por otro lado, en general el lector se encontrará con una narrativa reflexiva y comprometida literariamente cuidadosa en donde lo didáctico y lo estético son capaces de convivir en el marco de los reclamos de un siglo como aquel.” (242)

Este ensayo es seguido por un apéndice que incluye dos discursos sobre Hostos y que lo complementan. El primero trata la concepción del cosmos antillano en las novelas del intelectual puertorriqueño, particularmente en La Peregrinación de Bayoán. Muchos de los elementos identificados por Cancel con respecto a la relación entre literatura y sociología en la obra de Hostos están presentes en esa novela, como expone Cancel en este primer discurso del apéndice.  Este afirma que: “Es una novela de marcada estirpe romántica en donde brillan los planteamientos del más armonioso clasicismo, el idealismo moral y el más progresista positivismo. Es la narración de un moralista que pretende sintetizar en su dilema íntimo, el destino de las Américas en particular las Antillas.” (261-262)

El último discurso destaca las transformaciones de las concepciones sobre España en el pensamiento de Hostos. España fue uno de los principales imperativos en la vida intelectual del sociólogo y literato puertorriqueño.  Aunque España fue para Hostos un país de contrastes, señalado por él por su despotismo y el colonialismo, él se sentía español, español-americano señala Cancel.  Pero Hostos, eventualmente decepcionado con España y los republicanos españoles, reafirmaría su juicio severo de España e imaginaría el futuro de la Antillas como una confederación separada de la metrópolis. El sociólogo indócil se había radicalizado.

Indóciles es un libro magnífico, producto de un erudito ingenioso y novedoso, un historiador que conoce muy bien, con maestría, las arduas pero fascinantes rutas del complejo laberinto de los indóciles puertorriqueños.  Los invito a visitarlo de la mano guía de Mario R. Cancel.  Este historiador los llevará, como concluye Mayra Rosario Urrutia en su prefacio a Indóciles, por rutas alternativas para cavilar, contrastar e inquirir el laberinto y nuestra historia, a dilucidar la maraña de nuestra cultura política.

El autor es Catedrático de Sociología  en la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez.

 

 

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