La memoria de las frutas: una video instalación sobre la nostalgia por las frutas

 

Natalí González Villariny

Especial para En Rojo

Cuando se vive en el exilio, encontrar frutas de tu tierra puede desencadenar una fuerte nostalgia y las ganas de volver a experimentar los sabores de casa. De eso trata la videoinstalación La memoria de las frutas de la artista española de sangre cubana, Claudia Claremi, que se presentó en Madrid, desde mediados de marzo hasta principios de abril, en el centro social y cultural La Casa Encendida.

La muestra recoge testimonios de la diáspora boricua, cubana y dominicana instalada en el madrileño barrio de Lavapiés donde es fácil encontrar productos de otros países.

Lavapiés es una de las zonas más multiculturales de la capital española. Allí abundan pequeñas fruterías donde se puede encontrar mangos, plátanos, papayas, incluso guayabas, tamarindos y a veces yautías.

Tras la emoción de encontrarlas y de volver a sentir ese pedacito de tu terruño, viene la decepción cuando descubres que ese tamarindo o esa guayaba no sabe como en casa y este es otro tema que recoge la muestra.

“En Puerto Rico se suele tomar café con mucho azúcar, pero también se toma el café puya que no lleva nada. Pero si uno hace eso con un café torrefacto de los que se consiguen acá en España, te va a saber como a un caldo quemao, un sudor de gato, no sé, a meao de camello, una cosa así. Si tú lo haces con un buen grano, que tenga buen aroma, te sabe todavía a fruta”, reza uno de los testimonios.

Estas citas, que se proyectan en las paredes de la sala donde se presenta la videoinstalación, también ilustran cómo a veces la nostalgia se expresa en la desesperación por volver a probar las frutas de tu infancia.

“Las chirimoyas aquí siguen siendo verdes cuando se maduran, pero en Cuba se ponen rojas y se deshacen. Es una fruta tan delicada que no se vende. Estoy haciendo planes para que Ana me traiga dos o tres en una cajita porque ya son muchos años y quiero sentarme a comer una chirimoya. El vuelo sale el lunes y la cortan el domingo. El martes ya me la estaré comiendo”.

Llama la atención un testimonio donde la fruta aparece como un elemento de lucha, algo que resulta extraño en España.

“Yo venía calentito de la huelga de la UPI en Puerto Rico y aquí las manis estaban como apagadas. En la del 15M yo cogía las consignas y las acompañaba con el güiro. Y la gente se quedaba así como ‘diablo, ¿y eso qué es?’. El güiro es un instrumento taíno y es una fruta seca. Es pequeño, pero proyecta una energía tan fuerte que puede mover masas”.

La exposición incluye un vídeo analógico (en 16mm) que se proyecta en el centro de la sala en el que aparecen personas rememorando las frutas con sus manos, como agarrándolas en el vacío: ese vacío que produce la nostalgia.

Esta obra forma parte de una serie que Claudia Claremi presentó primero en Puerto Rico, en 2015, con el apoyo de Beta Local y de las Ayudas a la Creación Injuve 2015. En Madrid, se ha centrado en las experiencias de la comunidad puertorriqueña, cubana y dominicana.

Según la información aportada por Claremi, la muestra “se completará posteriormente con una parte producida en cada país de manera que los relatos de las comunidades migradas se unan a los de quienes han permanecido en su lugar de origen”.

La memoria de las frutas se integra dentro del proyecto Un piano preparado de La Casa Encendida, comisariado Isabella Lenzi y Lluís Alexandre Casanovas Blanco, que culmina el 1 de diciembre de 2023.

Este proyecto analiza, desde una perspectiva artística, el archivo de la institución, así como su historia y relación con los barrios de Lavapiés y Embajadores donde se ubica.

Claudia Claremi es una artista visual y cineasta cuya obra se desarrolla desde lo sensorial y vivencial, y también la memoria. Estudió dirección de cine documental en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños (Cuba) y Bellas Artes en la University of the Arts London (Reino Unido) y el Instituto Superior de Arte de La Habana.

Además, ha realizado diversas películas, incluida El Tiempo en colaboración con el Museo Reina Sofía. La artista también fue galardonada con los premios XXI Generación 2021 de la Fundación Montemadrid (La Casa Encendida).

Fotos cortesía de Cluadia Caremi

 

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