Vieques: con rostro joven y de mujer celebra la gesta de una lucha inconclusa

 

Especial para CLARIDAD

Se acercaba el 1ro de mayo y la coordinación de una visita a Vieques no se hizo esperar. Mi papá, Julio, hace años que me delegó la tarea de ser su cómplice en los asuntos alusivos a la Isla Nena, entre los cuales se encuentra la redacción de un libro que poco a poco se va cocinando entre viajes al este de nuestro País y entrevistas a mi entrañable tío postizo, Ismael Guadalupe, en cada rincón al que asiste y lo logramos interceptar en el camino: hospitales, el estacionamiento de algún centro comercial, la lancha, el patio de su casa o la plaza pública de Isabel II.

Suena mi teléfono hace dos semanas y, precisamente, era mi querido Ismael. Ya estaba al tanto de nuestra visita y sin preguntar se nos adelantó a la compra de los boletos. Siempre preventivo y suspicaz con el servicio de transportación marítima del que padecen los viequenses y culebrenses desde hace décadas, prefirió tener los boletos en mano con antelación. “Aurora, les tengo los boletos, nos vemos a las 9:30 am en el terminal.” No hizo falta organizar demasiado el viaje, sabíamos a lo que veníamos.

Desde mi infancia no recuerdo la cantidad de ocasiones en que he viajado a la isla de Vieques junto a mis padres, Yolanda y Julio, y a mi hermano, Gabriel, para participar de un sinnúmero de actividades en favor de los derechos de los viequenses y en oposición a la presencia de la Marina de Guerra de Estados Unidos en esta tierra. Ya fuese en una acampada en el balneario, en un piquete frente al Campamento García, o en alguna charla en el Fortín Conde de Mirasol; en la época en que era dirigido por el entrañable amigo fenecido Roberto Rabin; de una u otra forma aprendí a amar este pedazo de terruño del cual ya me siento parte.

El 19 de abril de 2009, trabajando para un periódico de circulación nacional, fui la única periodista en cubrir los actos del décimo aniversario del asesinato a manos de la Marina del viequense David Sanes Rodríguez en el Observation Point (OP) desde donde se monitoreaban las prácticas de bombardeo aéreo en Vieques. Sanes era guardia de seguridad de la compañía Responsible Security, contratada por la Marina de Guerra de los Estados Unidos.

Recuerdo que aún se sentía en la atmósfera de Vieques el luto de su familia. Su hermana Mirta y su prima Norma, flores en mano, lo lloraron y recordaron bajo un sol que quemaba en un acto al que acudieron unas 30 personas en el cementerio municipal de la isla.

Muy cerca de su tumba, una casa de muñecas rosa y violeta rodeada de juguetes y de ángeles de piedra recordaba otra víctima mortal, otro símbolo de una lucha que al día de hoy no culmina. Allí descansa la pequeña Milivy Marie Adams Calderón, víctima de cáncer que, con tan solo cinco años, falleció debido a la contaminación producida por la actividad militar en las zonas restringidas de la isla municipio.

Muchos de los familiares de David Sanes que acudieron a ese acto de 2009 ya no están. Han sido años muy difíciles marcados por el azote de varios huracanes, la escasez de trabajo y de oportunidades, el encarecimiento de la vivienda, el desplazamiento, la falta de un hospital, el elevado costo de vida, la pandemia del COVID-19 y el envejecimiento de una generación que se ha ido extinguiendo. Así como por otra problemática social que se expande como un cáncer sobre la isla y sobre todo Puerto Rico: la criminalidad y el narcotráfico.

Sin embargo, a pesar de este complejo panorama, el 19 de abril de 2019, al cumplirse 20 años del asesinato de David Sanes Rodríguez, un grupo de jóvenes viequenses guiados por Ismael Guadalupe, entraron al Punto de Observación (OP) con el permiso del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre (U.S Fish and Wildlife), en lo que evidentemente era un relevo generacional. Esta vez sí hubo mayor presencia periodística y el país se enteró de que una nueva generación de viequenses estaba dispuesta a asumir las riendas de una lucha inconclusa.

Era la primera vez que estos jóvenes acudían al OP. También era la primera vez que Mirta Sanes, hermana de David Sanes, pisaba el lugar donde trágicamente había culminado la vida de David 20 años atrás. La mujer, que lamentablemente falleció durante la pandemia a causa de COVID-19, con semblante serio, me pidió que la fotografiara junto a su esposo para dejar constancia de su duelo.

Para mi hermano Gabriel y para mí fue un enorme privilegio estar ese día con tan singular grupo de personas. Allí, bajo el mismo sol que había sido testigo del último suspiro de Sanes antes de que una bomba le arrebatara la vida, fuimos parte de esa generación de puertorriqueños y puertorriqueñas jóvenes que asumimos el compromiso de darle continuidad al reclamo de limpieza de los suelos y de devolución de los terrenos secuestrados por el Gobierno Federal de Estados Unidos y sus respectivas agencias.

Cuatro años después, el pasado lunes, 1ro de mayo, se conmemoró el vigésimo aniversario del cese de los bombardeos aéreos. No así el fin de los bombardeos en su totalidad, porque en aras de una supuesta limpieza de las tierras contaminadas, la Marina de Guerra y compañías subcontratadas por esta, continúan detonando a cielo abierto las miles de bombas regadas por el suelo viequense y por el mar que lo circunda.

Para esta conmemoración, la organización Vidas Viequenses Valen, dirigida por la veterana activista Myrna Pagán, convocó a un acto de celebración delante de la antigua entrada del Campamento García, propiedad trasladada desde 2001 a la agencia federal de Pesca y Vida Silvestre.

Conversé con Myrna sobre esta conmemoración y su primera reacción denota la tranquilidad del deber cumplido. Con una amplia sonrisa me respondió: “hicimos historia y hoy la hacemos otra vez”. Myrna reconoce que “estamos entrando en una época nueva en la que se ha unido a la generación más anciana un grupo de jóvenes que traen optimismo, compromiso y claridad para Vieques”.

“Reunirnos y celebrar en familia lo que logramos es importante, pero queda tanto por hacer…”, reflexionó sin perder el optimismo en las nuevas generaciones. Myrna hace un reclamo de “unidad, amor y solidaridad” como bandera de lucha para alcanzar la justicia que tanto merecen Vieques, Culebra y Puerto Rico.

Atender la salud es la prioridad para este grupo diverso de mujeres viequenses. “Lo más importante es la salud, porque de la salud depende todo: nuestras emociones, el corazón, la vida, la familia, todo”. Las promesas incumplidas por las administraciones a lo largo de años han generado en la población viequense desconfianza en las instituciones gubernamentales. Pagán asegura que “nos han estado fallando” y como tantos viequenses con los que conversé, ve “confusos” los planes del hospital que el gobierno estatal lleva años prometiendo.

Por otra parte, mencionó con preocupación la detonación a cielo abierto que sigue haciendo la Marina en las tierras contaminadas donde yacen miles de bombas sin detonar. “Siguen contaminando la isla, ellos (refiriéndose a la Marina y al gobierno federal) acaban haciendo lo que les da la gana”.

A pesar de tanto sufrimiento e imposición, Myrna, quien por años ha trabajado por internacionalizar la lucha que se libra en Vieques, hace un balance positivo, “aquí estamos hablando español, nuestra raíz está viva y saludable, todos unidos en familia vamos a cambiar las cosas para lo mejor. Viene una época bonita”, concluyó con optimismo su charla conmigo antes de dirigirse a los presentes en el acto.

En la actividad, que también contó con la participación de la Alianza de Mujeres Viequenses, predominó el llamado a la solidaridad y a la unidad como herramientas fundamentales para alcanzar la devolución en su totalidad de los terrenos ocupados y atender con premura los reclamos de justicia social y salud.

Por otro lado, también tuvo un turno de expresarse mi padre, Julio Muriente Pérez, copresidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano. “Este no es un acto nostálgico. No es un ejercicio de nostalgia. Es un acto de reafirmación y alegría. No estamos desempolvando libros viejos. Estamos demostrando cuán capaces hemos sido como pueblo, como sociedad y como nación de enfrentar a la potencia política y militar más poderosa del planeta y vencer”, dijo con profunda emoción. Esta es una victoria que sin lugar a dudas está incompleta, añadió, “porque queda mucho por hacer”.

Muriente, quien recordó acudir por primera vez a Vieques a los 20 años cuando dirigía la Federación Universitaria Pro Independencia (FUPI), rememoro cómo “el planeta entero durante esos años de 1999 a 2003 puso sus ojos sobre la Isla Nena. Pero no solo eso, el planeta entero aprendió del pueblo viequense y del pueblo puertorriqueño lo que es la unidad en la diversidad, lo que es la voluntad, la valentía y la perseverancia. Y entre todo ese pueblo maravilloso, nuestras mujeres. Las mujeres viequenses y las mujeres puertorriqueñas que han estado desde siempre en la primera fila de combate, combatiendo , dirigiendo, participando…”.

Son precisamente esas mujeres valientes las que han llevado sobre sus espaldas el mayor peso de esta lucha. Muchas veces en silencio. Muchas veces, al margen del reconocimiento público. Mujeres de ideas diversas que han trazado objetivos comunes y que se han organizado para darle un nuevo rostro a la lucha por la justicia en Vieques. Ya no solo son los jóvenes, presentes también en este acto, sino las mujeres viequenses quienes han asumido la batuta de esta lucha.

Una de ellas es Karib Mar González Rivera, joven ingeniera viequense militante de la Alianza de Mujeres Viequenses. Karib Mar era una niña cuando se llevó a cabo la lucha más importante de su pueblo y por las necesidades en su Vieques natal, se vio obligada a trasladarse a la isla grande para estudiar y trabajar. No recuerda con nostalgia su infancia. Está convencida de que la lucha continúa. Ella ha asumido el reto de darle continuidad a ese proceso y sueña con que en la Isla Nena se generen las condiciones para poder retornar definitivamente. “Crecer aquí es la mejor escuela que hemos tenido”. La joven ingeniera recordó a las luchadoras y luchadores que han fallecido y recalcó la importancia de continuar su legado.

“Yo les invito a que conmemoremos ese amor tan infinito por Vieques de los que ya no están y que nos demos el permiso de celebrar esa victoria de parar el bombardeo… Que con ese mismo amor construyamos las fuerzas para seguir luchando por los derechos humanos y una vida más justa en esta islita. Se vale celebrar sin distraernos. Hemos logrado mucho y reconocerlo nos da las energías para seguir adelante”. La joven también habló de la importancia de escribir la historia de lo sucedido y de continuar la lucha por el acceso a la vivienda; por la construcción de un centro de salud digno; por una mejor transportación y por la limpieza y devolución de los terrenos al pueblo viequense, no a extranjeros ni a especuladores.

Culminó su participación invitando a los presentes a la Jornada de la Mujer Viequense que se celebrará del 4 al 7 de mayo, “para empoderar y educar al liderato femenino de la isla nena”.

El tono festivo tomó un giro serio con el mensaje ofrecido por  Ismael Guadalupe. El maestro de teatro retirado y líder histórico de la lucha contra la Marina no titubeó al expresar su coraje por seguir topándose con portones que no le dan al pueblo viequense el libre acceso a sus tierras. Mirando de frente la entrada del antiguo Campamento García, hoy propiedad federal administrada por el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre, Guadalupe expresó que “los portones nos indican que todavía no hemos logrado lo que queremos como pueblo. Yo no quiero verjas en Vieques. Yo quiero que me entreguen las tierras donde mis padres nacieron y donde nacieron muchos de ustedes. Y eso hay que lucharlo y hay que lucharlo fuerte. Hay que tener la voluntad que tiene la compañera Myrna Pagán”.

Ismael Guadalupe al salir del encarcelamiento. Foto: Archivo CLARIDADEl líder y exlegislador municipal elogió las tareas de difusión e internacionalización que su compañera de lucha, Myrna Pagán, ha realizado por décadas y recordó la inacción de la Organización de las Naciones Unidas, entidad a la que innumerables veces se acudió para denunciar la violación de derechos humanos que sufría el pueblo viequense y que, en palabras de Ismael, “nunca hizo nada”.

“Esta lucha la iniciamos nosotros sin ninguna capacidad organizativa, yo empecé en la lucha a los 14 años tirándole piedras a la Marina de Guerra de los Estados Unidos y peleando a los puños con los militares.”

En aras de reconstruir la memoria histórica, Guadalupe recordó al fundador de Vieques, Teófilo José Jaime María Le Guillou, quien justo hace 200 años, en 1823, estableció los cimientos que hoy dan vida al municipio. También recordó a su amigo y luchador cialeño, Ángel Rodríguez Cristóbal, miembro de la Liga Socialista Puertorriqueña, quien fue arrestado por hacer desobediencia civil en Vieques en 1979 y murió asesinado en una cárcel federal en Estados Unidos. Otro luchador mencionado por Ismael fue Rubén Berríos Martínez, presidente del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), quien lideró la lucha por la salida de la Marina de Guerra de la isla de Culebra en la década de 1970 y fue uno de los líderes más importantes en la lucha por la salida de la Marina de Vieques a partir de 1999. Así mismo, Guadalupe reconoció a Adrián González, miembro del PIP allí presente.

En el acto de conmemoración no podía faltar Alberto de Jesús, mejor conocido como Tito Kayak, uno de los rostros más reconocidos de esa lucha que se recrudeció el 19 de abril de 1999 con la muerte de David Sanes.

Reflexionando sobre estos 20 años, Tito piensa que los militares “se cambiaron el sombrero. Se quitaron el sombrero de la Marina y se pusieron el de Fish and Wildlife”. Como todos los presentes, coincidió en que “todavía hay mucha lucha por hacer. Superamos el primer peldaño, que era sacar la Marina y el fin de los bombardeos, pero queda la limpieza de las tierras y su devolución al pueblo viequense”.

Tito llegó en kayak a la Isla Nena, como tantas veces hizo en los pasados años. “Esto pasó hace 20 años y ahora le toca a la nueva generación seguir los pasos que dimos nosotros en el pasado. Se está levantando una buena generación con la que tenemos que levantar la conciencia de lo que ha pasado aquí. No es solamente la juventud viequense la que se tiene que sumar, sino la de todo Puerto Rico”, puntualizó.

Por otro lado, de Jesús expresó que “los viequenses se merecen sus tierras, no merecen que se vendan las tierras recuperadas a extraños”. Habló de la preocupación por “el aumento de extranjeros en la isla que ha crecido de una forma dramática” desde la creación de las leyes 20 y 22 y ahora la Ley 60, “lo que imposibilita a isleños a adquirir vivienda por el alto precio de las propiedades debido a la especulación”.

El lunes, 19 de abril de 1999 una bomba lanzada desde el aire le arrebató la vida a David Sanes. Al día siguiente, Tito, que en aquel momento pertenecía a la organización ambientalista Amigos del Mar, llegó remando a la zona restringida y junto con los pescadores viequenses y otros compañeros y compañeras bautizaron Monte David y decidieron crear el primer campamento de desobediencia civil, que dio paso a más campamentos. Sobre la desobediencia civil y la lucha pacífica, Tito opina que es la “táctica que se debe volver a implementar, pero con la sangre nueva”, refiriéndose a la incorporación de la nueva generación de viequenses.

Es la vez número 24 que Tito hace esta travesía ida y vuelta en kayak entre la Isla Grande y la Isla Nena. Esta vez remó solo para acudir a la conmemoración del 20 aniversario del fin de los bombardeos aéreos y de la salida parcial de la Marina de Guerra. Al finalizar la jornada del 1ro de mayo, el día 2 partió del rompeolas, cerca de Playa Mosquito, a las 2:30 de la tarde arribando a la costa de Ceiba a las 6:00 de la tarde. Poco después de llegar, conversamos por teléfono. “Ya no quiero remar solo, siento que me desoriento… Si un viequense da comienzo a un nuevo proceso de rescate de tierras en el que podamos sacar al Fish and Wildlife y a la Marina, lo vamos a seguir. No seré yo quien vaya adelante, ahora seré un soldado de fila. De lo que no tengo dudas es de que volveremos”, me dijo con absoluta convicción y energía, a pesar del agotamiento del viaje.

Queda mucho por hacer. Los reclamos de los Pueblos de Vieques y de Culebra deben ser escuchados, atendidos y respaldados por todos y por todas. Merecen salud. Merecen ser dueños y dueñas de sus tierras. Merecen desarrollo y justicia social. Merecen paz.

Luego de esta intensa jornada, me quedo con los versos pronunciados por la poeta viequense, compañera de vida de Ismael Guadalupe, prima de David Sanes y luchadora incansable, Norma Torres Sanes, en el cierre de la actividad, que en su poema La zona prohibida relata ese primer encuentro con la naturaleza muerta cuando las bombas arrasaban con todo en medio de las prácticas militares hace ya dos décadas. Como un presagio, sus versos culminan con aires de esperanza: “El sol está candente y el andar me fatiga, pero vale la pena sentirme tan cansada porque estoy recorriendo la tierra prometida y ya el pueblo está listo para recuperarla. ¡Resiste un poco más, tu momento ha llegado! Tus hijos y tus hijas enfrentan la metralla; con la acción no violenta se construye el camino que guiará a tu pueblo hacia un nuevo mañana”.

Publicado originalmente en la edición impresa de CLARIDAD del mes de abril 2023

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